La animación, que durante las últimas décadas se ha echado en brazos de la tecnología digital, combina ahora las técnicas más modernas con otras tradicionales, una tendencia vanguardista que saca a la luz una exposición en París.

La galería de arte audiovisual y sala de conciertos "Gaîté Lyrique", ubicada en el corazón de la capital gala, celebra este nuevo escenario con la muestra "Motion Factory", integrada por el trabajo de 15 profesionales que son, a su vez, exponentes del estilo.

El objetivo es "desvelar los entresijos de la animación" a partir de la mezcla "entre tecnología y tradición", relata el responsable del encuentro, Yves Geleyn.

"En plena ''era Avatar'', con una tecnología que permite alcanzar la perfección sobre un fondo verde (el croma cinematográfico), una nueva generación ha querido dejar espacio a procesos de creación más artesanales", señala.

Geleyn, director parisino de 33 años, califica este método de "verdadera tendencia" dentro del mundo de la animación, una apuesta que responde a la filosofía del "do it yourself" (hazlo tú mismo) con la que se ha criado la actual vanguardia digital.

"Se trata de profesionales que no siempre han contado con los medios tecnológicos necesarios", lo que les ha empujado a azuzar el ingenio en sus producciones recurriendo a componentes físicos, "tangibles", que ya no han abandonado, agrega.

Así, "Motion Factory: Los entresijos del mundo animado", se despliega a partir de una escenografía integrada por materiales como la madera, el contrachapado, el metacrilato o el poliestireno, elementos básicos en los rodajes de cine.

En la muestra, el proceso de fabricación queda al descubierto gracias a una selección de "making-of", fotos de rodajes y trabajos preparatorios de cada uno de los participantes, artistas procedentes de Europa, Asia y Estados Unidos.

La parte no digital de la exposición se completa con maquetas, marionetas, figuras talladas en madera, guiones y "story boards".

"Motion Factory" también está integrada por obras puramente fílmicas, como la partida de tenis virtual que disputan dos jugadores en una pantalla de 21 metros de longitud, donde la bola deja, a cada raquetazo, una estela de colores en tres dimensiones o una recopilación de vídeos y cortometrajes.

La idea, insiste Geleyn, es poner de manifiesto el gran esfuerzo que hay detrás del proceso de la creación de una película de animación.

Acciones que en la pantalla no ocupan más de unos segundos, "como una sonrisa, un beso, el vuelo de un pájaro o el movimiento de un cabello", implican "largas horas de trabajo y noches en vela", señala.

"La animación", resume, "se toma una eternidad, por eso es un arte total".

Diseñador y realizador, Geleyn se ha rodeado para esta muestra de un grupo de profesionales de prestigio, muchos de ellos compañeros de trabajo y, en algunos casos, rivales en certámenes del sector.

Creadores "que vienen del mundo del cortometraje, la publicidad o el videoclip" y que conforman una "generación ultracreativa" que da rienda suelta a su talento a través del bricolaje, la escultura, la arcilla, el diseño gráfico y las tres dimensiones.

Sus obras, "desacomplejadas y libres", integran un recorrido que revela lo que acontece "detrás del telón, donde se fabrica cada plano", revisa las técnicas artísticas y renueva el lenguaje narrativo y audiovisual.

Resultado de un proceso de cinco años de trabajo, tiempo que el realizador empleó en llevar a cabo una "selección meticulosa" que sirviese para representar lo más fielmente posible el estado actual de la animación digital, la muestra podrá visitarse hasta el próximo 10 de agosto.