El dolor crónico, que afecta a más de seis millones de españoles y a veinte millones de ciudadanos europeos, afecta a las esferas social, familiar, psicológica, sexual o laboral y supone un coste económico que, en los países desarrollados, llega al tres por ciento del Producto Interior Bruto (PIB).

Así lo ha explicado el doctor Javier de Andrés, presidente del comité organizador del XI Congreso Nacional de la Sociedad Española del Dolor (SED), que ha comenzado hoy en Toledo y reúne a 700 profesionales interesados en el estudio, diagnóstico y tratamiento del dolor.

Los dolores más prevalentes son la lumbalgia y la cefalea, y en cuanto a edades existe un ''pico'' entre los 30 y los 45 años y otro "muy importante" a partir de los 65 años debido sobre todo a enfermedades degenerativas.

Javier de Andrés ha explicado que el Congreso quiere transmitir la "importancia" que el dolor tiene a nivel social, porque "es la experiencia que, al final, todos vamos a padecer" y conlleva un coste de hasta el tres por ciento del PIB en los países en los países desarrollados.

El dolor agudo es un aviso del organismo de que algo está ocurriendo, pero cuando se convierte en crónico deja de ser esa señal de alarma "y afecta a todas las esferas, la esfera social, la esfera familiar, la esfera psicológica, la esfera sexual, la esfera laboral", ha explicado.

La SED persigue que el abordaje del dolor crónico sea multidisciplinar e incluya especialistas de diversas especialidades, y está intentando que haya un área de capacitación del dolor en las universidades españolas, o de superespecialización como ocurre en Estados Unidos.

En España suelen ser neurocirujanos, anestesiólogos y neurólogos los especialistas con mayor interés en el tratamiento y estudio del dolor.

Javier de Andrés ha aludido a un estudio de 2004 en que mediante llamadas telefónicas al azar se preguntaba a la persona si había sufrido dolor en los quince días anteriores.

El 23 por ciento de los consultados en la Unión Europea admitió haber tenido dolor crónico en los días anteriores, una cifra que se redujo a algo menos del 18 por ciento en España y otros países mediterráneos.

En este sentido, ha agregado que llamó "un poco" la atención el menor porcentaje de dolor en la zona mediterránea y ha apuntado el "componente religioso" que puede establecerse, teniendo en cuenta que el dolor es "una experiencia totalmente subjetiva en la que influyen muchos aspectos, y el aspecto religioso también".

El XI Congreso del Dolor incluye cuatro cursos formativos, uno de ellos sobre técnicas intervencionistas ya que en la última década ha cambiado "mucho" el tratamiento del dolor y se ha pasado de administrar únicamente pastillas a intentar otras terapias (anestesiar nervios o dar electricidad entre ellas).

También se expondrán los últimos avances en imagen en dolor (ver el cerebro cuando está percibiendo el dolor) y se dedicará gran parte del programa al dolor orofacial, teniendo en cuenta que éste es el año europeo contra este tipo de dolor.

En España hay 183 unidades de dolor cuyas experiencias también se expondrán en este XI Congreso Nacional que lleva por lema ''Tendiendo puentes al tratamiento del dolor''.