La Fundación de Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo (ANAR) ha denunciado hoy un "preocupante" aumento de llamadas sobre ideas suicidas (más del doble en un año) y autolesiones por parte de los menores como forma de "escapar de los problemas" y ha advertido de la influencia de las redes sociales en este aspecto.

"Hace cinco años apenas recibíamos una o dos llamadas vinculadas a las autolesiones, pero este año han sido 176", ha alertado el director de programas de la Fundación, Benjamín Ballesteros, al presentar el informe anual 2013 del Teléfono ANAR, que ha recibido una media de 1.154 llamadas diarias (más de 423.000 en total), un 29,45 % más que el año anterior.

El estudio revela que las llamadas por ideas suicidas han crecido más del doble: fueron 523 en el año pasado respecto a las 201 de 2012, un dato que el experto atribuye a la incapacidad de los niños para resolver sus problemas o a la necesidad de llamar la atención en su familia.

Ballesteros ha calificado de "inquietante" que las autolesiones "se puedan llegar a poner de moda" por el "efecto contagio" de internet, y ha destacado que 139 llamadas fueron realizadas por chicas frente a las 37 efectuadas por chicos.

Se hacen daño para "evadir la tensión o el malestar que les producen otros problemas", ha explicado el especialista, quien también ha puesto el foco sobre la frustración de las familias como consecuencia de la crisis, una de las causas del aumento de peticiones de ayuda por maltrato físico y psicológico contra los menores.

En este sentido, la directora del teléfono ANAR, Leticia Mota, ha señalado que el maltrato físico o psicológico, el abandono, el abuso sexual, las agresiones en la escuela y la violencia de género son los principales motivos de las llamadas.

Una de cada tres tuvo que ver con la violencia en cualquiera de sus formas (27,9 % del total) y creció el acoso escolar o bullying, que representa casi el 6 % de comunicaciones de orientación especial frente al 4,70 % de 2012 y tiene mucho que ver con el uso de nuevas tecnologías a edades cada vez más tempranas.

Facebook, Twitter y Tuenti se convierten en un espacio para ejercer violencia porque muchos adolescentes cuelgan información o fotos sin ser conscientes del peligro de sufrir ciberbullying, pues las redes sociales muchas veces se emplean para insultar o humillar a la víctima, han precisado los expertos.

"Antes, los padres cambiaban a sus hijos de colegio cuando sufrían acoso pero ahora no tienen escapatoria porque el bullying ha pasado de las aulas a las redes sociales", ha avisado Mota.

La violencia de género (2,7 % del total de llamadas) por parte de la pareja de las adolescentes también se manifiesta a través de aplicaciones como WhatsApp, una verdadera herramienta de "dominio y control".

A su vez, ANAR recibe llamadas que alertan de convivencias de "extrema violencia" a todos los niveles, donde los insultos y amenazas son algo "cotidiano" en el ámbito familiar y suelen afectar a la madre, la principal víctima también en situaciones donde el menor ejerce violencia contra su familia "cada vez desde edades más tempranas".

Los problemas de conducta de los menores representan el 9,4 % de las demandas de ayuda, se suelen dar sobre todo en familias monoparentales y son el tercer motivo más frecuente por el que los padres llaman para pedir ayuda, por detrás de la violencia o las dudas de carácter jurídico en procesos como separaciones o divorcios.

ANAR también ha atendido 229 casos de niños desaparecidos, donde las fugas representan el 50,2 % de los casos seguidas de los secuestros parentales (19,6 %) y situaciones en las que los menores han sido expulsados de casa (18,8 %).