Los diabéticos están de suerte: una empresa valenciana ha desarrollado una tecnología no invasiva para ser incorporada en un reloj "inteligente" que mide en tiempo real el nivel de azúcar en sangre y evita los desagradables pinchazos que sufre el colectivo para controlar sus parámetros de glucosa.

La tecnología, que se presenta hoy en Madrid, en The App Date, el evento de referencia de aplicaciones en España, ha sido desarrollada y patentada por ImasD Tecnología.

Actualmente, la empresa está en conversaciones con varias farmacéuticas para incorporarla en un dispositivo médico que el paciente pueda llevar siempre consigo, un reloj.

Esta tarde se presentará también en dicha cita una camiseta que avisa a los servicios de emergencias en caso de un ataque al corazón sin síntomas aparentes y una aplicación para enfermos bipolares creada por la Universidad Politécnica de Madrid.

El citado sistema de medición de glucosa no invasivo incorpora tecnología de comunicaciones máquina-maquina, un sensor y un cartucho con un líquido reactivo y un cabezal responsable de la medición de la glucosa, ha explicado el director técnico de la empresa imasdtecnología, Pedro Peláez.

La tecnología resulta idónea para enfermos de diabetes, un mal que sólo en España se cobra al año más de 25.000 muertes.

En el mercado existen tecnologías que utilizan calor para provocar sudor, cuyo patrón cambia ante ciertos niveles de glucosa.

La novedad en esta tecnología es que el calor que se aplica no busca causar sudor, sino sólo abrir los poros de la piel, donde se vierte un líquido que luego se recoge y permite analizar el azúcar en sangre.

Según Peláez, el nivel de glucosa se calcula gracias a una reacción electroquímica activada con la ayuda de una enzima y otras sustancias químicas, cuya concentración puede medirse con un potenciostato.

El cartucho que contiene el líquido reactivo se renueva una vez a la semana para el caso de un diabético con una media de cinco mediciones diarias en el control de la glucosa.

Actualmente, se trabaja técnicamente para miniaturizar esta tecnología, ahora con el tamaño de un casco, de modo que se incorpore en un reloj que el paciente llevaría siempre y que además mida otros indicadores, como el pulso y el oxígeno.

Sus responsables prevén que el sistema será funcional técnicamente a finales de 2015; a partir de ahí, las farmacéuticas establecerían un período para convertirlo en dispositivo médico, que exige unos requisitos determinados.

Por ejemplo, un margen en las mediciones inferior al 15 por ciento, algo que esta tecnología cumple, ha dicho Peláez.

Ha añadido que se está trabajando con asociaciones de diabéticos para obtener valores de referencia que garanticen la máxima efectividad del sistema.