El papa Francisco expresó ayer su pesar por los miles de inmigrantes que cada día se ven obligados a abandonar su patria, arriesgando su propia vida, y que son, dijo, víctimas de un sistema económico que explota al hombre.

"Son tantos los que se ven obligados a emigrar de su patria, arriesgando su propia vida. Muchos soportan cada día el peso de un sistema económico que explota al hombre y le impone un yugo insoportable, con el que unos pocos privilegiados no quieren cargar", afirmó el pontífice minutos antes del rezo del Ángelus.

El papa pronunció esas palabras desde la ventana del Palacio Apostólico del Vaticano y dirigidas a los miles de fieles católicos que se acercaron a escuchar su mensaje en la Plaza de San Pedro.

El obispo de Roma hizo un llamamiento para ayudar al prójimo, superando "la indiferencia de los seres humanos".

Ayer Jorge Bergoglio hizo un llamamiento a las instituciones europeas para que sean más generosas a la hora de acoger a los refugiados, en un mensaje que envió al arzobispo de Agrigento (al sus de la isla de Sicilia), Francesco Montenegro.

En este mensaje, el papa Francisco transmitió su dolor por la muerte de cientos de inmigrantes en lo que va de año el canal de Sicilia e instó a las autoridades a aportar soluciones.

El Papa lamentó "cuánto mal hace la indiferencia humana", al tiempo que subrayó que es "peor" la indiferencia de los cristianos.

Durante el rezo del Ángelus delante de miles de personas, Francisco criticó el sistema económico que "explota al hombre" y le impone un "yugo insoportable" que tan solo un pocos "privilegiados" no quieren llevar.

Recordó que en países pobres y ricos hay "personas cansadas y agotadas" que sufren el "peso del abandono y la indiferencia", que en la sociedad más marginal hay hombres y mujeres "indigentes", "insatisfechos" y "frustrados".

Asomado a la ventana de su estudio, subrayó que a cada uno de los inmigrantes Jesús le repite "venid a mí".

En su catequesis, el papa explicó el pasaje del Evangelio que refleja cómo Jesús invitaba a la gente que encontraba diariamente en Galilea a seguirle "gente sencilla, pobres, enfermos, pecadores, marginados". Francisco comentó que esta invitación se traslada a personas con "condiciones de vida precarias", "situaciones difíciles" o "privadas de punto de referencia". Recalcó que los cristianos están llamados a "cargar con el peso del amor fraterno".