La actitud es uno de los factores más importantes a la hora de buscar empleo. Todo "es cuestión de actitud" y la búsqueda activa de empleo debe estar llena de ella. La cuestión es conocer que actitudes son las mejor valoradas por los reclutadores en un proceso de selección.

Mostrar interés. Ser una persona con curiosidad, con afán de búsqueda de respuestas, de trabajo y de mejora está muy valorado en el proceso de selección. El interés conlleva normalmente ganas de autorealizarse y de trabajar.

La positividad. La energía positiva se trasmite en todo lo que hacemos, solemos huir diariamente de aquellas personas que cargan su día a día de negatividad porque nos contagia. Ser positivo implica sonreír, ver el lado optimista de las cosas y eso se traduce frecuentemente en mejores resultados.

La puntualidad. Es preferible llegar media hora antes que 5 minutos tarde, esto quizás parezca irrelevante pero no lo es, la puntualidad dice mucho del interés que la persona tiene en lo que hace y de su capacidad de planificación. Pueden existir excepciones pero por lo general es mejor ser de aquellas que miran el reloj para llegar siempre en hora.

Tener capacidad de organización. No cabe duda que ser organizado ayuda a tener todo en su sitio y a saber diferenciar entre lo que es prioritario de lo que no lo es, poder gestionar mejor lo que nos rodea y tener gran capacidad de control de aquello que se está haciendo.

Practicar la escucha activa. En los tiempos que corren esta es una de las cuestiones que más se valoran a la hora de cuestionar capacidades de liderazgo, todos pedimos un buen jefe que nos escuche, pero no somos capaces de practicar la escucha activa con los que nos rodean. Escuchar es casi tan o más importante que comunicar.

La adaptación al cambio. En un mercado laboral en proceso de transformación cada vez es más evidente la necesidad de que nos adaptemos a las circunstancias. Adaptación significa tener la capacidad de ver cada momento como una oportunidad para formarse, para cambiar de sector, para reciclarse...

La capacidad de trabajo en equipo. Independientemente de la naturaleza individual o colectiva que tenga el trabajo siempre hemos de relacionarnos con otras personas para poder trabajar mejor, las personas nos complementamos porque tenemos habilidades y actitudes que nos diferencian, si todas caminamos en sintonía habremos creado un buen equipo que camina con un fin.