El lenguaje no verbal es el "conjunto de gestos, tonalidades y movimientos que acompañan la comunicación verbal modificando o calificando su sentido". Son conductas que hablan por sí solas y de manera inconsciente al entrevistador, dando información relevante de las actitudes que tiene el candidato, incluso antes de abrir la boca. Se dice que el 80% de la comunicación es no verbal, de ahí la importancia que tiene a la hora de comunicarnos.

Hay siete conductas no verbales positivas y otras tantas negativas que se muestran más frecuentemente y que deben tenerse en cuenta en la entrevista de trabajo.

Los gestos del lenguaje no verbal que se interpretan positivamente son: mirar a los ojos sin intimidar muestra transparencia, sinceridad, confianza en sí mismo; apertura de brazos como capacidad de comunicación; sonreír trasmite una imagen positiva; mantener las distancias y respetar el espacio personal indica educación y respeto; asentir con la cabeza muestra interés hacia lo que dice el entrevistador, un indicador de la escucha activa; inclinarse hacia delante implica interés; y los pies sin cruzar, postura no rígida y erguida muestran interés y capacidad comunicativa.

El lenguaje no verbal que se interpreta negativamente se ve reflejado en: tocarse el pelo, la frente, la oreja: expresa dudas o nerviosismo; apoyar la mano abierta en la barbilla deja entrever falta de interés o cansancio; rascarse la nariz mientras se habla: estar mintiendo; sujetar algo contra el pecho muestra una actitud defensiva; no mirar al entrevistador ofrece sensación de timidez, dificultad para comunicarse y no tener seguridad en sí mismo; mirar el reloj denota falta de interés e impaciencia; y cruzarse de brazos es defensivo.

No se trata de obsesionarse, la cuestión es conocerlas para identificar aquellas que más se realizan (o no), e intentar ponerlas (o no) en práctica.