Tiene 39 años, ha sido condenado por un delito de tráfico de drogas o por robo y está clasificado en segundo grado. Este es el perfil del recluso medio interno en las cárceles españolas, cuya población ha descendido en los últimos años en parte por la reducción del número de presos extranjeros.

Al finalizar 2013 la población reclusa en las cárceles del Estado y de Cataluña (única comunidad con competencias en esta materia) ascendía a 66.765 presos, un 2,67% menos que un año antes.

Este descenso, según el Ministerio del Interior, tiene que ver con la disminución del número de internos extranjeros en centros penitenciarios españoles, que ha bajado en 1.777 personas (un 7,8%).