La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido un informe sobre el uso y regulación de los cigarrillos electrónicos, donde pide a los países miembros mayores medidas regulatorias sobre estos dispositivos y los líquidos que los rellenan, así como la prohibición de su uso en establecimientos cerrados y un mayor control de la publicidad y la venta a menores.

El informe, que será debatido por los Estados miembros en una reunión en octubre, muestra su preocupación por la concentración del mercado de miles de millones de dólares en manos de las empresas tabacaleras Internacionales.

Por este motivo, la OMS desarrolla una serie de "opciones regulatorias", que incluyen la prohibición a los responsables del "e-cigarret" de publicitar sus productos usando reclamos como que el uso de estos dispositivos puede ayudar a la gente a dejar de fumar; al menos hasta que proporcionen "una evidencia convincente y científica" que apoye esa teoría y obtengan la reglamentación necesaria.

Asimismo, recomienda que se prohiba su uso en espacios públicos cerrados por riesgo para la salud del "vapor de segunda mano" y pide a los países que han ratificado el Pacto Anti-Tabaco considerar los límites en la publicidad, promoción y patrocinio de estos cigarrillos.