Para Anna Carpena, profesora especializada en educación especial, desde pequeños acostumbramos a no poner nombre a las emociones, lo que, por sí solo, ya justifica una colección de literatura infantil como "Crezco feliz", destinada a dejar de ignorar estos sentimientos de tipo emocional.

Hacían falta, comenta, unos recursos que, "de forma lúdica", favorecieran la conversación con los más pequeños acerca de sus sentimientos, ya que "se suele poner nombre a lo que hay alrededor, incluso a las sensaciones corporales, pero no a lo que se siente en el interior".

Asesora de la colección "Crezco feliz" (Timunmas), destinada a niños hasta cinco años y que estará en las librerías a finales de septiembre, considera que a los pequeños no se les enseña a decir "te sientes solo, estás enfadado o estás alegre" y, a medida que van creciendo, "siempre se les habla de sus emociones de manera punitiva, en negativo, nunca en positivo". Estos libros favorecen esa "mirada al interior", explica