Barcelona, Madrid y Mallorca se han sumado a las protestas internacionales contra la matanza de delfines que comenzó ayer en Taiji (Japón) y que ha llevado a organizaciones ambientalistas a exigir la prohibición internacional de la caza de estos cetáceos.

La decisión de terminar con la caza está en manos de la Comisión Internacional Ballenera, pero Laura Almarcha, voluntaria de la Asociación en Defensa de la Fauna Marina (Promar), asegura que es "muy compleja" de tomar, porque "Japón compra a los países delegados en esta comisión para que voten en contra".

Desde hace cuatro años, la caza de delfines desata protestas a nivel mundial, a las que este año se han sumado 80 ciudades de Europa, América, Asia y Oceanía. En el caso de España, la principal concentración se desarrollará en Barcelona.