La obesidad es un factor de riesgo importante en el cáncer de endometrio, ya que los tejidos grasos producen estrógenos y estos favorecen la aparición de este tipo de tumor, el cáncer ginecológico más frecuente en España.

Para concienciar sobre estos tumores, la Asociación de Afectados por Cáncer de Ovario (Asaco) celebra el próximo domingo, bajo el lema "Cada paso es una conquista", la iniciativa internacional "Globeathon", cuyo eje central será una marcha: "unos pasos físicos" para escenificar "los pasos sociales" que hay que ir dando para mejorar la salud psicológica de la mujer afectada por estos tumores.

Así lo manifestó ayer la presidenta de Asaco, Paz Ferrero, quien anunció que esta asociación se va a dirigir a la Reina Letizia y a la ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, para solicitar que se declare septiembre como mes del cáncer ginecológico, como ha hecho Barack Obama en Estados Unidos.

Más de 12.300 mujeres son diagnosticadas cada año en España de cáncer ginecológico, el 46% de ellas de endometrio. La tasa de curación es muy alta, ya que en más del 90% de los casos se detecta en fases iniciales.

Sin embargo, el de ovario, el segundo en incidencia (33%), se diagnostica en etapas avanzadas en un 80% de los casos, lo que le convierte en el tumor ginecológico más agresivo, con una mortalidad superior al 60%.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las cifras de cáncer ginecológico van en aumento como consecuencia, en parte, del incremento de la obesidad. En este sentido, el doctor Lucas Minig, jefe de servicio de ginecología del Instituto Valenciano de Oncología, precisó que la obesidad se asocia específicamente al cáncer de endometrio, vinculado con una mayor cantidad de estrógenos.

"La obesidad propiciada por una mala alimentación genera residuos tóxicos que van a alterar el sistema inmunológico y una mayor propensión a sufrir cáncer", explicó. El doctor Minig destacó que, de todos los tumores ginecológicos, el de ovario es "el gran desafío" y advirtió de que el primer paso para abordarlo es la cirugía, cuyo objetivo final debe ser "extirpar el total de la enfermedad".

Esta cirugía debe ser realizada por un equipo multidisciplinar liderado por un ginecólogo oncólogo, una especialidad que en España no existe. "Hay que hacer una cirugía ultrarradical, más allá de extirpar los órganos reproductores", dijo el doctor Minig, quien incidió en que "con una mala cirugía inicial, pocas posibilidades hay de controlar la enfermedad".