En la jornada de ayer del juicio que se desarrolla en la Audiencia Provincial contra Dalayn Carrillo por causar la muerte de un compatriota cubano en Costa del Silencio en noviembre del año pasado, la principal declaración fue la de dos forenses del Instituto de Medicina Legal (IML) de Santa Cruz de Tenerife que realizaron la autopsia al cadáver. Los médicos coincidieron al manifestar que la herida de arma blanca realizada por el acusado contra la víctima no se hizo con la intención de causarle la muerte. Según ambos profesionales, cuando una persona quiere matar a otra con un arma blanca ataca a órganos vitales, como el cuello, el corazón o los pulmones, por ejemplo, pero casi nunca un muslo. Explicaron que "es muy difícil provocar una muerte por una lesión en una pierna".

Ambos forenses señalaron que el procesado únicamente clavó el cuchillo de cocina una vez en el muslo izquierdo de Jorge Félix Rodríguez, aunque supuestamente por el movimiento de este, interiormente hay dos trayectorias. La primera de ellas fue la más larga, unos 23 centímetros, pero no causó ninguna lesión grave. La segunda trayectoria, más corta, sí resultó letal, ya que cortó completamente dos vasos sanguíneos muy importantes, la arteria y la vena femoral. Y pudo producirse, incluso, por un movimiento del propio herido.

Los dos médicos del IML están convencidos de que el fallecido nunca fue consciente de la gravedad de la herida que había sufrido.

En su opinión, debido a la importancia de la herida y la falta de medidas para parar la hemorragia, el fallecimiento de Jorge Félix pudo producirse en apenas 3 o 4 minutos, después de quedar inconsciente.

Los forenses indicaron que las lesiones leves y superficiales que sufrió el fallecido fueron propias de un forcejeo, así como de alguien que se intentó defender, así como de las acciones de ataque de la propia víctima mortal.

El análisis toxicológico del cadáver permitió saber que había consumido alcohol y tenía un nivel en sangre de 0,52 gramos por litro de sangre (que es un parámetro diferente al aplicado a los conductores, que se basan en el aire expirado), según el director del Instituto de Toxicología, José Antonio Cuellas. Ayer testificaron también el sargento y el cabo del Equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil que realizaron la investigación del trágico suceso.

Ambos señalaron que, cuando llegaron al lugar del suceso, el hoy procesado les ratificó lo que previamente le había dicho a una patrulla del Instituto Armado; es decir, que poco antes había tenido un enfrentamiento físico con el fallecido y que él lo había apuñalado. Además, los investigadores reconocieron que tanto Yeneisy (la joven cubana sobre la que el fallecido incumplió la orden de alejamiento judicial y allanó su morada) como el acusado cooperaron en el acceso a la vivienda de la mujer y en la entrega del arma blanca con la que se produjo la muerte de Jorge Félix. Los guardias civiles declararon que, tras recibir los golpes, Dalayn subió a la casa y cogió un cuchillo; una versión sobre la que la defensa indica que ningún testigo lo vio hacer eso. Es decir, que salió una sola vez de la casa con el arma blanca.

La defensa pide lesiones y el fiscal, asesinato

El fiscal, Ángel García, elevó a definitivas sus conclusiones e insistió en plantear que se trata de un caso de asesinato, donde el procesado no escondió el cuchillo con el que causó la muerte, pero sí actuó "de forma sorpresiva". Y la abogada defensora, Gisela García, cree que Dalayn es autor de unas lesiones con resultado de muerte, a la vez que mantuvo la eximente completa de legítima defensa y miedo insuperable. Destacó que el procesado confesó los hechos a la Guardia Civil y colaboró con la Justicia. El representante del Ministerio Fiscal indicó que las dudas empiezan con la "pelea" en la calle. Para la Fiscalía, la sucesión de hechos fue que el acusado primero sale a la vía sin el cuchillo; después recibe diversos golpes de Jorge Félix y se siente en inferioridad física, y, finalmente, sube a la casa a buscar el cuchillo. Además, asegura que Yeneisy (expareja de ambos hombres) no abandonó la escena de la reyerta, pues, durante las llamadas, habla y discute con el ahora fallecido. Y estima que Jorge Félix no tuvo oportunidad de defenderse. Además, dijo que la herida (a la altura de la ingle o el bolsillo de un pantalón) está cerca de la cintura y el abdomen, donde también hay órganos vitales. La abogada defensora resaltó el testimonio de Yeneisy, como única testigo presencial de los hechos. Dijo que ningún testigo vio subir y volver a bajar a la calle a Dalayn con el cuchillo. Advirtió al jurado de que si el fallecido no tenía miedo a que la Policía lo detuviera y pasar dos años en prisión, "¿cómo iba a tener miedo a un cuchillo?". Indicó que si Jorge Félix no hubiera quebrantado una condena y entrado en una casa ajena, no hubiese ocurrido nada. García comentó que si Dalayn hubiera querido matarlo, lo hubiese atacado por la espalda cuando la víctima iba hacia el coche. Y matizó que no puede estar desprevenido quien incumple un alejamiento, allana una morada y agrede a dos personas. Aclaró que Dalayn está arrepentido y no debe seguir en la cárcel. Dijo que ahora hay un fallecido, un padre preso y una mujer destrozada psíquicamente.