El uso continuo de la tecnología por parte de los jóvenes comienza a generar cambios de conductas, tal y como lo confirma el psiquiatra infantil Javier de Loño que incluso se muestra partidario de que los niños no tengan móviles.

"La infancia de hoy me da pena y eso que la quiero una enormidad y que le he dedicado mi vida entera, pero es que ya no hay comunicación. Los jóvenes están con los móviles y las tabletas de la mañana a la noche. Hay un exceso de tecnología que impide la comunicación y el desarrollo social y aísla, encierra, a los jóvenes. Ni siquiera miran a su alrededor cuando van por la calle o en un tranvía, por eso estoy de acuerdo con una recomendación que se está llevando a cabo en Valencia de que los niños no tengan móvil antes de los 12 años porque, además, también se está estudiando las alteraciones cognitivas que producen las ondas de alta frecuencia".

Con 40 años de experiencia a sus espaldas, para de Loño la clave de la buena salud mental de los niños radica en los padres.

"Los hábitos saludables, inculcados y practicados por los padres, suelen perdurar toda la vida, por eso no es permisible que los padres tenga miedo. Nadie les va a llevar al juzgado por darle una palmada en el culo a un hijo que se porta mal y al que le está enseñando que no meta los dedos en un enchufe o que no puede gritar a la madre, pero hoy esa idea se ha perdido y muchas veces son los hijos los que dominan a sus padres", explica antes de insistir en que "lo que no se cura en la infancia dura toda la vida, así que los padres tienen que perderle el miedo a sus hijos, el problema es que ya no quedan recursos tan eficaces como eran las escuelas de padres, donde se dejaba claro los derechos de unos y otros, pero también las obligaciones, y esto es lo que está fallando".

Y es que el 30% de las psicopatologías se localizan en la adolescencia. Depresiones, fobias, abusos escolares, drogadicción, pérdidas efectivas por la separación de los padres....

"Hace 25 años luché por la patria compartida porque es lo mejor para los niños y ellos mismos manifiestan que lo que quieren es vivir con los dos aunque sea en casas diferentes. Les hace felices contar y saber que tienen un padre y una madre que les quiere. Es incomprensible que tanto tiempo después aún se siga poniendo en duda la custodia compartida", explica.

Según de Loño, "de cada 10 suicidios se declaran uno o dos. Esto los confirman los juzgados porque a los padres les avergüenza y dicen que fueron accidentes o intoxicaciones, pero hay situaciones clave como, por ejemplo, ponerse morado de pastillas y drogas junto con alcohol los fines de semana es una salida o un escape para los jóvenes, pero no se dan cuenta de que son actos presuicidarios. Les importa tres pepinos todo porque están desilusionados por la economía, por la familia, por las dudas sobre su futuro, etc.".

Preguntado sobre si en la actualidad hay más acoso escolar, el experto considera que "siempre se han metido unos con otros, en mi época también, pero no se pasaba de un límite porque había un respeto y una educación y los padres no tenían miedo a los hijos y los castigaban. Ahora los castigos parece que están mal vistos y no se dan cuenta del valor terapéutico que tienen".

Para de Loño el origen de este cambio del comportamiento de los padres, están en el mayo del 68 francés, cuando los padres quisieron a dar a sus hijos todo lo mejor y que no sufrieran como ellos "y a partir de los años 70 y 80 todo cambió, hasta ahora".

Y de Loño va más allá: "Si no educamos y protegemos adecuadamente a la infancia será la sociedad la que enfermará gravemente". Aunque considera que la reciente creación del título de médico especialista en Psiquiatría del Niño y el Adolescente "es el mayor éxito de la profesión en muchos años" y que abre una puerta a la esperanza.