Dirige la Fundación Juan Ciudad, gracias a la cual la Orden Hospitalaria San Juan de Dios desarrolla sus proyectos en África, y reconoce que aún no se ha recuperado de la muerte de los hermanos Miguel Pajares y Manuel García Viejo. "Ahora mis oraciones son casi en señal de protesta", explica José Manuel Viadero, que no puede evitar pensar que sus muertes seguramente pudieron evitarse. "Ahora nuestra prioridad es reabrir los hospitales y seguir trabajando como en los último 20 años", afirma.

¿Usted está más tiempo en Madrid o África?

La sede central está en Madrid, pero hay delegaciones en las autonomías. Yo estoy más en la sede, pero viajo con frecuencia al terreno, que es donde más me gusta estar. Llevo siete años como director, pero estuve 26 en África.

¿Qué hizo allí?

Estuve 19 años en Ghana trabajando como enfermero y otros nueve en Liberia y trabajando en un dispensario de un suburbio.

¿Todos los proyecto de la Fundación son sanitarios?

Sí, aunque también hay alguno de sensibilización, pero esos se hacen en España.

¿Estamos sensibilizados los españoles?

Sí, aunque es más a la hora de ver un informativo tomando el café, después de haber comido, pero cuando se hacen llamamientos la sociedad responde muy bien.

¿África cambia la vida?

Mi experiencia es que la realidad supera a la fantasía...

¿Pero a mejor o a peor?

Depende. Nuestros centros son muy diferentes porque estamos en zonas rurales y el impacto allí es más grande, pero también les sucede a los propios médicos africanos que llegan de las ciudades, que nos dicen que no sabían que determinadas cosas sucedían en su propio país.

¿A qué cosas se refieren?

Pues fundamentalmente a usos culturales porque los hospitales no son siempre la primera opción porque esta es el médico herbalista o el brujo. Tiene cierto sentido porque en África la enfermedad no es como para nosotros que es algo físico, sino que creen que se entrelaza con el aspecto espiritual y que afecta no solo a la persona sino también a la persona o al clan.

¿Qué le parece el tratamiento informativo sobre el ébola en España?

A mí me gusta porque se llega a la gente y esta se interesa, pero también es alarmista porque deja entrever el miedo a que llegue y hay reacciones desafortunadas.

Parece que se habla siempre de África por cosas negativas y ahora aún más por el ébola...

Sí, pero también hay muchas cosas positivas. África es la vergüenza de occidente porque esto es una epidemia que se ha descontrolado porque está llamando a nuestras puertas y puede pasar por nuestros aeropuertos... Eso nos enseña la vulnerabilidad de África y lo tarde que sigue reaccionando Europa.

¿Cree que se trabaja al límite y sin medios?

Los medios allí son escasos y no adecuados a veces, pero también tienen lo bueno de que con muy poco se consigue mucho.

¿Conoció al hermano Pajares y al hermano Manuel?

Sí. A Pajares lo conocí cuando estaba empezando en la orden y le expresé mi idea de ir a trabajar a África. Yo lo llamaba mi maestro y por él yo fui allí. Respecto al hermano Manuel, aún no me he repuesto de su pérdida porque con él compartí 12 años de trabajo.

¿Cree que se podía haber evitado su fallecimiento?

Es una pregunta complicada. El ébola se puede evitar si se siguen los protocolos de protección y aislamiento, podían haberse evitado pero no todo lo que se puede es. Se trabaja en equipo y si uno se salta la cadena de seguridad pone en riesgo a todos los demás.

¿El afán por hacer más y atender a más gente pudo ser la causa?

Los casos son distintos. El caso de Miguel fue al principio cuando el brote fue más virulento. Él estaba aquí en el mes de julio y se infectó en agosto. El hermano Patrick, el jefe del hospital de Monrobia fue el primero que se contagió y a él le hicieron pruebas y les dio un falso negativo que hizo que todos se confiaran y esa fue la razón.

¿La fe le ayuda a entender por qué mueren personas que trabajan desinteresadamente por el bien de los más desfavorecidos?

Las dos muertes me han afectado mucho y ni con la fe puedo entender cómo puede pasar esto. La única manera que tengo de atenderlo es pensando que el hermano Manuel se quedó allí sabiendo el peligro que había y que no quería dejar a la gente desprotegida y sin su ayuda. A veces digo Dios mío que estás en todas las partes ¿no te estás enterando de lo que sucede?, ¿por qué permites esto? Me sale la oración en señal de protesta. Aún estoy de duelo.

Es que dos muertes, dos hermanos...

Bueno, es peor, en Monrobia murió toda la comunidad.

¿Son médicos y curas?

Bueno, algunos sí. Todos somos frailes y cada uno tiene una profesión. Realmente se juntan dos vocaciones, la profesional y la religiosa.

¿Qué van a hacer ahora si la situación en África sigue siendo tan difícil?

Ahora mismo la prioridad es reabrir los centros de Liberia y Sierra Leona que han tenido que cerrar por el ébola. Intentaremos que sea a mediados de noviembre, porque antes queremos formar bien a la gente porque lo que ha pasado es porque no estábamos bien formados.