La enfermera Teresa Romero, primera en curarse del ébola, ha sido tratada con un fármaco antiviral experimental, el Favipiravir, y con suero hiperinmune de la misionera Paciencia Melgar, contagiada en Liberia y que también superó la enfermedad, han confirmado hoy fuentes sanitarias.

El Favipiravir es un fármaco testado en ratones, que se encuentra en fase de ensayo, y que en Japón ha sido aprobado para tratar diversos virus, entre ellos, la gripe.

Se trata de un antiviral de amplio espectro, es decir, que se ha probado en diversos virus contra los que ha funcionado. Puede impedir la multiplicación del virus e incluso hacer que su presencia en el organismo descienda, paralizando la progresión de la dolencia y mejorando el estado de salud de la persona que lo recibe.

Teresa Romero experimentó mejoría y alivio de los síntomas de la enfermedad al tomarlo pero, según estas fuentes, no se podrá saber "con certeza su eficacia para combatir el virus del Ébola hasta que no haya sido ensayado en humanos".

Uno de los problemas de esta droga es que al mutar el virus fácilmente se puedan producir resistencias al igual que puede ocurrir con el plasma de donante convaleciente de personas que se han curado del ébola, otro de los tratamientos experimentales autorizados por la Organización Mundial de la Salud.

El Gobierno también puso a disposición del Hospital Carlos III de Madrid el suero Zmapp, después de que se agotaran las existencias tras ser tratados con el fármaco los dos religiosos que contrajeron la enfermedad en Liberia y Sierra Leona, Miguel Pajares y Manuel García Viejo, respectivamente, fallecidos a causa de la enfermedad.

Fuentes sanitarias han precisado que si se administran dos inhibidores o incluso tres a la persona afectada, es más difícil que el virus genere resistencias a todos ellos y es más fácil que se combata con alguno de ellos.