El virus del Ébola se sigue transmitiendo de forma exponencial en los tres países afectados de África occidental, en los que la Organización Mundial de la Salud (OMS) cree que el virus está confinado gracias a las medidas tomadas para evitar su expansión geográfica.

"Aunque hay algunos casos que han aparecido fuera de los tres países con transmisión intensa, las medidas recomendadas parecen haber sido útiles para prevenir una mayor propagación internacional", dijo hoy el director general adjunto de la OMS para Seguridad Sanitaria, Keiji Fukuda.

Fukuda presentó a la prensa las conclusiones de la tercera reunión que mantuvo el comité de emergencia de la OMS para analizar la situación del ébola y para valorar si las medidas que se están tomando para contener la epidemia son las apropiadas o se requieren más.

De manera general, el comité avaló las medidas puestas en marcha, que han impedido que casos de ébola aparezcan en los países vecinos de las tres naciones africanas más afectadas a pesar de que en esa parte del mundo existe una gran movilidad transfronteriza.

"La OMS ha recibido muchos rumores de casos en diferentes países, pero la mayoría simplemente eran rumores", declaró Fukuda.

"El ébola es una enfermedad difícil de encubrir. Se pueden tener casos por algunos días, a lo mucho una semana o dos, pero si hay un brote y mucha gente empieza a morir por alguna razón misteriosa, simplemente no se puede esconder", explicó

Sostuvo que los mecanismos de vigilancia hacen a la OMS "confiar de manera razonable en que no hay una transmisión amplia de ébola en los países vecinos" porque "sería muy difícil no darse cuenta".

Fuera de Liberia, Sierra Leona y Guinea Conakry, los otros países africanos que tuvieron casos de ébola desde el pasado marzo, cuando empezó la epidemia, fueron Senegal y Nigeria, con un solo caso importado en el primero, y una veintena en el segundo.

Ambos países fueron declarados recientemente libres de ébola, tras haber superado los 42 días (el doble del periodo de incubación del virus, establecido en 21 días) sin que alguno de los contactos de los enfermos u otra persona haya presentado síntomas del mal.

Según el último recuento de la OMS, 9.936 personas han resultado infectadas por el ébola, que ha causado la muerte de 4.877.

Por otra parte, el comité de emergencia del organismo mundial analizó con especial interés la cuestión de los controles de salida de los países afectados, así como los de entrada en otros países para los viajeros procedentes de ellos.

Los especialistas confirmaron que los controles de salida deben mantenerse y reforzarse en aeropuertos internacionales, puertos y cruces fronterizos de importancia para estados febriles sin explicación, pero que podrían ser ébola.

Sin embargo, la directora de Alerta y Respuesta de la OMS, Isabelle Nuttall, dijo que ese tipo de controles -de salida o entrada- "no detienen todo" y que un ejemplo de ellos ha sido el del viajero que partió de Liberia y entró en Estados Unidos cuando todavía no tenía fiebre, pero que portaba el virus del Ébola.

En el caso de los controles de entrada, la experta consideró que, además del sistemático de la temperatura, debería prestarse más atención al cuestionario que deben completar en muchos países las personas procedentes del grupo de tres naciones africanas donde circula el virus.

La opinión del comité de emergencia a este respecto es que sus "efectos pueden ser limitados".

"Si el viajero viaja y está perfectamente bien en ese momento es difícil identificarlo y ese es el problema con las enfermedades infecciosas", añadió Fukuda.

Por ello, dijo que la OMS no puede hacer una recomendación general para que todos los países impongan o se abstengan de controles de entrada, pues "cada uno debe determinar por si mismo si vale la pena".

El director general adjunto de la organización dijo que se informará próximamente a la prensa sobre el número de casos de personas a las que se ha impedido viajar tras someterse a esos controles, pero adelantó que no son muchas, lo que no tiene relación directa con la eficacia de la medida.

La existencia de tales controles suele tener un efecto disuasorio sobre las personas que quieren viajar en estado febril, con lo que el control de salida constituye "una doble protección", sostuvo.