La auxiliar de enfermería Teresa Romero, que ya está curada del ébola, pidió ayer justicia por todo lo ocurrido a raíz de su contagio, incluido el sacrificio de su perro Excálibur, y afirmó: "Me siento atropellada".

Romero transmitió estas palabras por teléfono a la portavoz de la familia, Teresa Mesa, quien acudió ayer al Hospital Carlos III para interesarse por la evolución de la auxiliar y su marido, Javier Limón.

Mesa relató que Romero sigue afectada por el sacrificio de su perro Excálibur y pide que "quien haya hecho eso, que lo pague". "Estoy todo el día llorando pensando en él", le dijo la auxiliar.

Reciben el alta cinco personas que estuvieron con Teresa y que estaban en observación

La portavoz de la familia explicó que, al comienzo de la conversación, ha notado a la paciente con el ánimo "muy bajo", pero a medida que hablaban y le gastaba bromas se ha reído y le ha parecido que le subía el ánimo.

Romero tiene dolores en todas las articulaciones, según Mesa, quien detalló que desconoce exactamente cuánto tiempo permanecerá la auxiliar en aislamiento.

Ayer cinco de los pacientes que estaban en observación en el Hospital Universitario La Paz-Carlos III de Madrid por haber estado en contacto con la auxiliar de enfermería recibieron el alta hospitalaria.

Se trata de las dos peluqueras que depilaron a Teresa Romero antes de saber que tenía el virus, la médico de familia que le atendió en el centro de salud, una limpiadora de este mismo centro y una amiga.

Además, el director del Centro de Alertas y Emergencias del Ministerio de Sanidad y miembro del Comité Especial creado por el Gobierno para la gestión del ébola, Fernando Simón, dijo que "va a ser realmente complicado" tener conocimiento de cómo se produjo el contagio de la auxiliar".