El importante patrimonio natural asociado a los cementerios es hoy un reclamo turístico-ambiental más de las ciudades y pueblos de España, que poco a poco empiezan a valorar estos lugares de oración y recogimiento como grandes museos al aire libre donde la muerte se transforma en vida.

Muchas veces la belleza de estos recintos reside en su propia ubicación, en los lugares más afortunados de las ciudades y del medio rural, donde sus especies arbóreas crecen con especial contundencia ofreciendo un recreo paisajístico.

En declaraciones a EFEverde, el naturalista y escritor Joaquín Araújo, colaborador habitual de la revista ''Adiós Cultural'', ha explicado que la magia de estos espacios públicos reside en su propio concepto como lugares de recogimiento, lo que les convierte en los rincones más tranquilos de las ciudades.

"Son además auténticas reservas biológicas o pequeños jardines botánicos", ha añadido Araújo, quien ha defendido "todo lo que sea una gestión multiplicadora de las posibilidades de la vida donde están los muertos".

Para este naturalista, "hay que vivificar todavía más los cementerios, deben ser un lugar de los vivos", una idea que comparte Jesús Pozo, director de la revista ''Adiós Cultural'' y responsable de Comunicación de Funespaña.

En su opinión, "en España estamos progresando hacia una europeización de la conmemoración de la muerte", y en lugar de instalar en los cementerios sólo elementos oscuros, tristes o negros "valoramos cada vez más los espacios abiertos".

Ha puesto como ejemplo el cementerio madrileño de La Almudena, el segundo parque en superficie de la ciudad y al que muchos ciudadanos acuden a hacer deporte o a pasear; o el de Alcalá de Henares, también en Madrid, donde este 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, se recordará a los muertos con un espectáculo "vivo" de luz y sonido.

El pasado 28 de octubre, Funespaña y la revista ''Adiós Cultural'' entregaron los premios de la I edición del Concurso de Cementerios de España, que recayeron en las localidades navarras de Burguete y Roncal y en Alcoi (Alicante).

En ese acto, el presidente de la entidad, Francisco Marco, anunció la inclusión en la segunda edición del concurso de una nueva categoría a la que podrán optar todos aquellos ayuntamientos que potencien en sus cementerios iniciativas medioambientales.

Jesús Pozo ha explicado a EFEverde que existen ya cementerios que apuestan por la reforestación con especies autóctonas o por el riego con agua reciclada, y otros que aspiran a ser autosuficientes, con placas solares en sus nichos desde las que producir la energía necesaria que necesitan para, por ejemplo, su iluminación.

Con el premio en la categoría de medio ambiente se quiere además mentalizar de otra serie de iniciativas como el uso de recipientes biodegradables para las cenizas que contengan en su interior una semilla de árbol, ha añadido Jesús Pozo, "algo que ya se hace pero que está entrando muy poco a poco".

Además, todas las candidaturas presentadas al concurso formarán parte de la Guía de Cementerios de España que ''Adiós Cultural'' pondrá en marcha en 2015, al estilo de la Ruta de los Cementerios Europeos que la Asociación de Cementerios Significativos de Europa (ASCE) lanzó en 2012 para que estos lugares pasaran a considerarse parte del patrimonio de las ciudades.

"Desde Funespaña -aseguró su presidente- hemos adquirido el compromiso de normalizar el concepto de la muerte como parte que es del ciclo de la vida, ayudando a las familias a superar este momento, y ofrecemos a los ayuntamientos y corporaciones públicas la posibilidad de publicitar sus espacios naturales, monumentos y apuntes históricos".

Joaquín Araújo, que formó parte del jurado, abogó por que los entierros tengan un impacto ambiental cero, que se avance en la reducción de emisiones de CO2 durante las incineraciones, en los ataúdes sin barnices contaminantes, en el acceso en coche eléctrico o en la eficiencia energética.

Y fue más allá al proponer que, como lugares de esparcimiento y comunión con la naturaleza, los cementerios incluyan información y guías para identificar especies vegetales y animales, nidos artificiales, comederos e, incluso, colmenares.