Más de la mitad de los más de 2.600 extranjeros que fallecieron en España y Portugal en 2013 fueron incinerados y no repatriados a su país de origen, en muchas casos porque las familias no disponían del dinero necesario y en otros porque se sienten integradas aquí.

Según ha informado la empresa funeraria Mémora, que cuenta con un servicio dedicado a traslados internacionales de difuntos desde España y Portugal, el año pasado 1.200 difuntos extranjeros fueron incinerados en España y sus cenizas repatriadas a sus países de origen.

Otros 1.400 extranjeros fueron incinerados o inhumados en España y Portugal, pero sus cenizas no fueron trasladadas a su país de origen lo que supone que más de la mitad de los extranjeros que fallecen en España y Portugal no son repatriados.

Según los responsables de la empresa funeraria, los principales motivos de la no repatriación son de carácter económico y social.

"Económicos, por el coste que suponen los fletes aéreos de este tipo de transporte, y sociales, por el mayor arraigo social de las familias, que no sienten la necesidad de devolver la persona difunta a su país de origen", según Mémora.

Durante el pasado año, Mémora International realizó repatriaciones a más de 60 países de cinco continentes y los más frecuentes fueron Reino Unido, Marruecos, Francia, Alemania, Ecuador, Rumanía y Noruega.

En toda España, el grupo Mémora explota y gestiona 125 tanatorios, 26 crematorios y 23 cementerios.