Un hombre de 63 años ha sido condenado como autor de una falta de maltrato animal, prevista y penada en el artículo 632.2 del Código Penal, a una pena de 60 días de multa a razón de 12 euros al día, tras considerarse que dejó morir en una parcela de su propiedad a dos perros.

La investigación de los hechos fue llevada a cabo por policías locales del Grupo de Protección de la Naturaleza (Grupona) después de localizar el día 21 de julio los cadáveres de los dos animales desecados al sol y en avanzado estado de descomposición en el interior de una parcela, comprobando que la misma se encontraba vallada en todo su perímetro.

Entonces, los policías realizaron un reportaje fotográfico y llevaron a cabo las indagaciones oportunas para conocer la propiedad tanto del terreno como de los propios canes, según ha informado la Policía Local en un comunicado.

Una vez en contacto con el propietario, policías locales del Grupona inspeccionaron más exhaustivamente la parcela en presencia del mismo, y observaron que la única entrada estaba cerrada con cadena y candado, encontrándose el interior en estado general de descuido y suciedad, lleno de excrementos de can, con algunos sacos de pienso de perros vacíos y restos óseos de algún otro animal, así como varias gallinas enjauladas.

Además, los perros fallecidos ya habían sido introducidos en bolsas de basura, siendo uno de ellos de la raza Golden Retriever, y el otro de similar tamaño, no pudiéndose determinar su raza con certeza debido al estado en el que se encontraba.

Los animales intentaron leer los microchips de ambos, no ofreciendo resultados dicha lectura. A pesar de ello, las pesquisas les llevaron a considerar que el propietario de la parcela era también el dueño de los perros y, por tanto, "el garante de su bienestar, pudiendo ser el responsable de la muerte de los mismos, ya que no podrían haber salido de la finca al encontrarse totalmente acotada con vallado metálico y a una altura imposible de salvar".

Ese hecho, unido a su presunto abandono y falta de agua y/o alimento, o el haber podido sufrir alguna enfermedad por la que no hubiesen recibido tratamiento veterinario ni atención adecuada, motivó que el individuo fuese imputado como autor de un delito de maltrato a animales con resultado de muerte de dos canes, resultando finalmente condenado por los hechos.