"El CSIC debería ser capaz de fichar investigadores vengan de donde vengan", una opción que lamentablemente "no es posible" para el mayor organismo de investigación del país, lamentó su presidente, Emilio Lora-Tamayo. Actualmente, "el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) es un organismo autónomo incompleto, sin estatuto propio ni capacidad de gestión", y con unos recursos que varían según la situación económica, explicó Lora-Tamayo en un acto para conmemorar el 75 aniversario de la institución.

Salir de esa situación requeriría un "acuerdo o pacto nacional" que fuera como un "reconocimiento unánime" de la importancia de la investigación para el desarrollo y el futuro de un país, y que asegurase "una línea de financiación constante, progresiva, y predecible", según Lora-Tamayo.

Porque para el CSIC "lo bueno no es que haya aumentos presupuestarios importantes y puntuales", sino "que sean sostenidos y sostenibles en el tiempo, porque eso es lo que permite planificar bien los recursos y los objetivos", según el presidente de la entidad.

Lora-Tamayo dice que solo la inversión sostenida en el tiempo permite planificar objetivos

Lora-Tamayo recordó la "angustia económica de 2013", cuando los recortes presupuestarios acumulados desde 2009, llevaron al CSIC al borde de la quiebra, una situación que el Gobierno solucionó con un Plan de Viabilidad, una subvención extraordinaria de 95 millones de euros y una mejora presupuestaria de 50 millones consolidables. Pero el CSIC afronta dos graves problemas: la falta (y envejecimiento) de su personal investigador y técnico, y una estructura interna que le impide tener "una capacidad de gestión moderna y flexible como la que tienen otros centros de investigación nacionales e internacionales", subrayó el presidente.