Las cálidas aguas de Bahamas esconden en sus profundidades una colección de enormes esculturas submarinas, entre ellas la mayor del mundo hasta el momento, que, con más de seis metros de altura, ayuda también a proteger los arrecifes de corales naturales de este paradisiaco archipiélago.

"Nuestro ''jardín'' atrae a buzos de todas partes del mundo, entusiastas del arte y la biología marina así como otros grupos científicos educacionales", explicó Jazmine McPhee, asociada de DWS Partners, firma consultora de esta iniciativa que aún está en desarrollo.

El Gobierno de Bahamas concedió un arrendamiento de los fondos marinos en la costa oeste de la isla New Providence a la Fundación Educativa de Corales y Medio Ambiente de Bahamas (BREEF, por su sigla en inglés), que es la que desde el pasado septiembre ha empezado a colocar estas enormes esculturas.

"El Jardín de Esculturas para Arrecifes de Coral es la perfecta fusión de arte, educación y conservación de suelos marinos localizado en las aguas más bellas del mundo", explicó también Casuarina McKinney Lambert, directora ejecutiva de BREEF.

Detalló que "al instalar esculturas ecológicas, los visitantes y buceadores podrán ser desviados aquí, para reducir la presión de los arrecifes naturales y darles tiempo para su regeneración",

La idea comenzó en 1995 cuando el artista Willicey Tynes y el fundador de la institución, Nicholas Nuttall, entraron en contacto y emprendieron vías para "canalizar su pasión y creatividad por el arte para crear consciencia sobre asuntos ambientales", según explican los responsables del proyecto.

Por el momento ya se han tallado y colocado firmemente ancladas al lecho marino cinco esculturas, entre ellas dos diseñadas por los artistas locales Willicey Tynes y Andret John, que representan a quienes están considerados los dos primeros habitantes de Bahamas, conocidos localmente como "Virtuoso Man" (El hombre virtuoso) y John Lucayan.

También se han colocado 50 estructuras específicamente diseñadas a partir de materiales sensibles al medioambiente para propiciar el crecimiento de corales.

Sin embargo, la más llamativa es la del británico Jason deCaires Taylor, conocido a nivel internacional por sus esculturas marinas, que contribuye con la creación de la mayor del mundo, de unos seis metros de altura desde el fondo marino y unas 60 toneladas de peso.

La estatua, que está cerca de la costa por lo que prácticamente alcanza hasta el nivel del mar -lo que con marea baja crea un bello efecto espejo para los buceadores-, es la de una joven sentada con la cabeza inclinada y apoyada sobre una rodilla.

Según su autor, es una reinterpretación de la figura de Atlas, que en la mitología griega es el joven al que Zeus condenó a cargar sobre sus hombros con los pilares de la Tierra. En este caso, ella carga con el peso del "cielo del mar".

"Esta escultura simboliza nuestra juventud actuando para apoyar un ambiente marino saludable, un derecho por nacimiento que tienen las futuras generaciones de bahameses", explica.

Hasta el momento se han instalado cinco esculturas, pero la idea es continuar hasta llegar a cincuenta, y convertir así el jardín en "la mayor galería de arte viviente bajo el mar" de Bahamas.

Para este país, compuesto por más de 700 islas, el mar supone el 95 % de sus territorio y goza de más de 3.500 kilómetros de costa, lo que explica que gran parte de su riqueza esté sumergida.

El proyecto, localizado en el Clifton Heritage National Park está financiado en gran parte por el Programa de Pequeñas Donaciones del Fondo Mundial para el Medio Ambiente de Naciones Unidas y ya se ha convertido en toda una atracción turística, aunque sus impulsores no planean potenciar la organización de visitas guiadas hasta dentro de un año.

Según detalló McPhee en una entrevista la idea es "los arrecifes de coral naturales del área ahora tendrán más tiempo para sanarse y las especies locales tengan más lugares para refugio y crianza".

"Las especies en peligro de extinción podrán multiplicarse, esto incluye al mero estriado", que sólo se encuentra en ciertas zonas del Caribe y el sur de Brasil y que "es todo un manjar", así que el jardín "incluso en el futuro podría tener un impacto en el turismo culinario de Bahamas".

El mero estriado es "considerado comercialmente extinto en Florida, Bermudas, Puerto Rico y Islas Vírgenes de EE.UU. Regionalmente un tercio de la comunidad de mero ha desaparecido debido a la sobrepesca", según datos de BREEF.