La finca grancanaria de Osorio es uno de los lugares más importantes de España y Canarias por su riqueza en hongos, al reunir 181 especies en las 40 hectáreas que comprende, algunas de ellas muy apreciadas en la cocina, como la Boletus eludis, según el biólogo Vicente Escobio.

En esta finca, propiedad del Cabildo insular, se celebrará la vigésimo tercera edición de las Jornadas Micológicas de Gran Canaria, que exhibirá el sábado y el domingo las especies de setas que se han descubierto en los últimos años.

Escobio, presidente de la Sociedad Micológica de Gran Canaria, ha dicho que en estas jornadas, además de una exposición, habrá charlas divulgativas y el estampado un sello conmemorativo de Correos.

Escobio ha apuntado que se han descubierto 181 especies de setas -40 comestibles- en la finca de Osorio, "uno de los sitios más importantes de Canarias y de España por su riqueza de hongos".

"Osorio sobresale por su gran variedad en un espacio muy reducido -40 hectáreas-, sobre todo si se compara con la Reserva El Canal y Los Tiles, en Los Sauces (La Palma), que tiene 283 especies de hongos en 511 hectáreas de terreno", ha añadido.

En Osorio se recogen setas muy exquisitas en la cocina como el Boletus edulis y, por contra, otras que son muy venenosas, como la Amanita phalloides, común entre los castañeros, y la Galerina marginata, un hongo pequeñito y mortal que vive en los pinos.

Vicente Escobio ha desvelado que este año abundan las setas por las recientes lluvias, aunque ha resaltado que en Canarias la temporada de setas dura prácticamente todo el año, ya que empieza en el mes de septiembre con un hongo que vive en los troncos de los árboles que se llama "seta del pollo".

"Con las lluvias de noviembre aparecen muchas setas en los montes grancanarios y lo agradecemos después de sufrir tres años infames. Luego habrá un parón por el frío del invierno, pero regresarán con la primavera y, si el verano es bueno, los alisios traerán humedad a las medianías y se podrán ver más hongos", ha dicho.

El biólogo ha destacado que en Gran Canaria hay cerca de 800 especies de setas, aunque La Palma y Tenerife tienen 1.400, algunas de ellas endémicas del pinar y la laurisilva, como la que preside el cartel de las jornadas de este año, la trufa del desierto (Terdezia canariensis), que vive en La Gomera, Tenerife, Gran Canaria, Fuerteventura, Lanzarote y La Graciosa.

Escobio también ha recordado que en una tesis universitaria se acreditó que en Tamadaba (Gran Canaria) había 150 especies, de ellas entre 15 y 20 comestibles y, en la misma cantidad, otras tóxicas, "por lo que más de un centenar solo tienen una función en los ciclos de la naturaleza", ha indicado.

El presidente de la sociedad micológica de la isla ha expuesto que una de las especies más apreciadas por los especialistas, tanto por su tamaño como por su calidad, es la seta de ostras, la Pleurotus, que tiene una variedad silvestre en Gran Canaria, Lanzarote y Tenerife.

También ha destacado la importancia de la llamada seta de cañeja, que era toda una "desconocida" hace solo 25 años y que, en la actualidad, es la más consumida y común en Gran Canaria.

"En un año bueno se pueden coger entre 3.000 y 4.000 kilos de esta seta, que destaca por su gran tamaño, con ejemplares que superan ampliamente el kilo", ha especificado.

Escobio ha comentado que la seta de cañeja también se cultiva y se consume en los restaurantes, aunque ha avisado de que "es de mucha peor calidad que la silvestre".

"Hay varios cultivadores de setas en la isla, pero la producción por ahora solo sirve de complemento económico. Sin embargo, la gran ventaja es que el mercado absorbe toda la producción", ha agregado.

El biólogo ha reconocido que cada vez existe más afición y que, por ese motivo, se precisan cursos para evitar envenenamientos, porque -ha destacado- "hay gente que es muy atrevida".

En Canarias lo normal es que a estas setas venenosas se les llamen "brujillas" y Escobio ha informado de que ya se ha dado algún caso de envenenamiento en Tenerife, como el que obligó a un trasplante de hígado a un joven que finalmente superó el trance.