La causa principal de la paulatina extinción del lagarto gigante de La Gomera ("Gallota bravoana") no es tanto la acción humana o de los depredadores como hasta ahora se creía, sino su progresivo declive genético, pues esta especie autóctona de la Isla Colombina vendría atravesando una paulatina decadencia en un arco temporal que abarca entre los 1.200 y los 13.000 años.

Así se desprende de una investigación que ha sido elaborada por estudiosos del Museo de Ciencias Naturales de Madrid, la Universidad de Algarve en Portugal, el Instituto de Desarrollo Tropical de Panamá, el departamento de Botánica de la Universidad de Oregón y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

El estudio se realizó entre los años 2001 y 2005 y fue financiado a través del programa europeo Life 2. Ahora acaba de salir publicado en BMC Genetics y tiene por título ''Supervivientes de la Isla: estructura genética y demográfica de la población de la especie en peligro de extinción, el lagarto gigante de La Gomera''.

La conducta reproductora del lagarto gigante se basa en la poliandria, lo que supone que una hembra está con varios varones a la vez, que éstas tienen una alta capacidad de retención de esperma y que se repiten las paternidades múltiples. Esta conducta sexual ha sido uno de los elementos de mayor peso a la hora de determinar la pobreza genética aunque también ha garantizado su supervivencia.

Los estudiosos que participaron en la investigación, Elena González, Ivania Cerón-Souza, José Mateo y Rafael Zardoya, no han podido sin embargo determinar la influencia que el ser humano ha tenido a la hora de que el lagarto gigante se haya convertido en una especie en peligro de extinción. Probablemente este factor tuvo un peso significativo en los últimos años, pero con anterioridad el principal enemigo externo fue la climatología. En cuanto a internos, y de mayor peso, el propio lagarto lleva dentro de la causa de su desaparición: una genética empobrecida.

"En cualquier caso nuestros análisis determinan que la población salvaje ha estado sobreviviendo largos períodos de tiempo con una escasa diversidad genética y en una pequeña población", indican los estudiosos, quienes, no obstante, consideran que sería posible recuperar la ancestral diversidad bajo circunstancias favorables.

Por ello, se aconseja a los responsables de evitar la extinción de la especie que trabajen en dos líneas paralelas a la vez: por un lado en la población cautiva y por otro devolviendo los ejemplares a su hábitat natural. Una actuación que es la que precisamente está llevando a cabo el Cabildo de La Gomera dentro del plan de recuperación.

Los fósiles encontrados demostrarían también que la paulatina desaparición de la especie fue simultánea a la reducción de su hábitat hasta el punto de limitarse éste finalmente al risco de La Mérica en Valle Gran Rey, lugar donde fueron identificados hace ya quince años.

Los investigadores aseguran haber comprobado que existieron cuatro períodos de tiempo o sucesos históricos que afectaron significtivamente a la especie. Hace diez mil años fueron las oscilaciones climáticas y heladas del Pleistoceno, hace 2.500 la aparición del ser humano a las islas y los animales domésticos que les acompañaron, hace 500 años fue la llegada de los europeos y el consiguiente crecimiento poblacional, y hace un siglo la agricultura intensiva, el uso de pesticidas y el impacto de la urbanización y la degradación de las costas.