El doctor Félix Machín, investigador de la Unidad de Investigación del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria, adscrito a la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, publicó un trabajo científico en la revista Nature Communications, que profundiza en el comportamiento anómalo de las células tumorales cuando éstas se dividen. Esta investigación, desarrollada en la Unidad de Investigación de dicho hospital, firmada por Machín y el estudiante de doctorado Jonay García Luis, fue presentada ayer por Mercedes Cueto, directora gerente del Hospital La Candelaria, y Antonio Cabrera, coordinador de Investigación del SCS.

El estudio es fruto de un proyecto iniciado hace más de 5 años en la línea de investigación que el Machín dirige sobre Cáncer e Inestabilidad Genética.

Según este doctor, "este estudio permite conocer un poco más sobre cuáles son" los mecanismos de reproducción de las células tumorales, "pero de también de sus puntos débiles, algo muy importante no solo en el conocimiento médico y clínico del cáncer, sino también para el campo de la genética, al ir un paso más para entender cómo se repara el ADN de las células de nuestro cuerpo".

La investigación también demuestra la sinergia existente en la formación de puentes de anafase entre mutaciones de varios genes involucrados en determinados tipos de cáncer familiar. Esta explicación científica resultó de gran interés para la revista Nature. Para los autores, la proyección clínica de estos resultados se podrá ver a medio y largo plazo, pues una de las futuras aplicaciones es la apertura a nuevos caminos con los que diseñar fármacos antitumorales que complementen los ya existentes. Para Machín, "abre la puerta para mejorar en el futuro los tratamientos de radioterapia y de cierta quimioterapia, e incluso, a predecir la eficacia de estos en un paciente en base a si el cáncer que presenta porta mutaciones en los genes que hemos estudiado". El doctor recuerda que el principio de la radioterapia y de buena parte de la quimioterapia anticancerígena reside en provocar daño en la molécula de ADN. "Afortunadamente, las células sanas de nuestro cuerpo poseen muchos mecanismos distintos y complementarios para reparar ese daño, mientras que las células cancerígenas han perdido varios de esos mecanismos", aclara Machín.

"Nuestro organismo funciona gracias a la incesante actividad de 60 billones de células vivas, células que trabajan continuamente, que se regeneran y se autorreparan cada vez que existe un fallo", comentó el doctor que, junto a Jonay García Luis, ha realizado el estudio.