A finales de diciembre, en pocos días terminamos el año. Parece que hace nada comenzamos 2014 con las ganas y esperanza de conseguir aquello que nos proponíamos. Ahora que ya casi termina toca hacer balance, valorar las experiencias que hemos vivido y llegar a la conclusión de si ha sido o no un buen año. Y es que la vida consta, a veces, de momentos muy complicados pero también de momentos buenos en los que nuestra búsqueda cobra todo el sentido, por lo que si estás cruzando un camino complicado coge fuerzas y sigue luchando. Es la única manera...

Sin apoyo todo se hace más complicado. Las idas y venidas de empleo, la búsqueda, las mejoras y no mejoras de trabajo se hacen cuesta arriba. Nuestra familia, amigos, conocidos, en definitiva, las personas más cercanas, forman parte de ese camino y viven con nosotros la esperanza de un tiempo mejor, a pesar de que muchos de ellos estén en situaciones similares a la nuestra. Los que tienen cerca a un desempleado conocen esta situación.

La familia, que incluye a todos los que nos apoyan, forma ese pilar fuerte que soporta y ayuda a seguir construyendo nuestro día a día a pesar de las circunstancias. Es la que sujeta nuestras fuerzas cuando la búsqueda activa falla, cuando la motivación hace estragos o cuando la necesidad apremia. Pensar que se está solo, que nadie acompaña, que es un camino complicado y que no se puede mejorar solo consigue paralizarnos. Hay que buscar ese pilar fuerte y apoyarse en él, compartir sus experiencias y vivir sus miedos. La familia es quien mejor nos conoce y quiere, quien sabrá guiarnos. Es el pilar más básico en el proceso de búsqueda activa de empleo y su apoyo es fundamental para alcanzar las metas.

Puede que éste no haya sido el mejor año, o que aun habiendo mejorado, conserves la esperanza de que el próximo sea mejor. Nuestro deseo es que quién lee estas páginas busque, encuentre y que esa esperanza se transforme cuanto antes en una realidad que ya apremia.