Un 13,8 % de las personas mayores tiene dificultades económicas para la compra de medicamentos o productos y servicios en el cuidado de la salud, como consecuencia de la crisis.

La reducción de la capacidad adquisitiva de este colectivo, bien por los "recortes" o por la "congelación" de pensiones, ha llevado a un 2,7 % de los mayores a abandonar algún tratamiento de salud y a posponer la visita a un especialista en un 10 % de los casos.

Son datos de un estudio realizado por la Confederación Española de Cooperativas de Consumidores y Usuarios, que analiza el consumo en la población mayor española con el fin de identificar posibles barreras y dificultades.

El análisis, basado en 1.200 entrevistas a personas entre los 65 y los 80 años, se ha realizado con el apoyo de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición.

Los mayores tienen una buena percepción de su salud pese a notar algunos signos de envejecimiento como la pérdida de agudeza visual (51%), las dificultades de movimiento (27,3%) y la pérdida de fuerza o resistencia (26,8%).

Estas personas son los garantes de la dieta mediterránea al considerar que la alimentación tiene incidencia en la calidad de vida y así lo indica un 98,1 % de los consultados.

Aunque se incrementa el consumo de productos funcionales, enriquecidos o saludables, en general, la mayoría no los ve necesarios para cuidar la salud.

Sin embargo, las posibilidades para acceder a una dieta rica y variada vienen marcadas por el poder adquisitivo: en rentas por debajo de 600 euros la dificultad alcanza a un 14,5%.

Los principales problemas los encuentran en la accesibilidad de espacios comerciales como consecuencia de la merma de capacidades visuales, motrices y de fuerza. Un 43% indica que le cuesta leer información en los envases y un 41% en las etiquetas de precios.

El cambio de hábitos de consumo en relación con la luz (23,2%), el gas (9,1%) o el teléfono (10,1%) viene marcado por la búsqueda de medidas de ahorro para paliar su situación económica.

El crecimiento generalizado de las tarifas de suministros básicos hace que encuentren dificultad para pagar algunos recibos. Un 4,7% en el caso de la luz, tasa que sube a un 18,6% en caso de niveles de renta mensual inferiores.

En este ámbito de consumo uno de cada tres entrevistados delega en otra persona la relación con estas empresas, argumentando la complejidad de los canales de comunicación (centralitas, contestadores) donde un 25,8% encuentra alguna imposibilidad.

Otro de los argumentos son el sentirse vulnerables al engaño-un 11,4% manifiesta haber sido víctima de alguna práctica abusiva- lo que les lleva a evitar cambiar de suministrador.

Asimismo de la encuesta se desprende que el 21,5% de las personas mayores tiene una capacitación tecnológica nula, lo que aumenta su riesgo de exclusión en muchas operaciones y acciones que se realizan por medios telemáticos, dispositivos electrónicos o plataformas "online".