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A grito, cuando ya no puedes gritar. Seguir adelante, cuando lo que se te viene a la mente, una y otra vez, es abandonar". Este fue el sentimiento expresado en unas líneas del tinerfeño César Barreto horas después de salvar a su amigo Aitor de morir ahogado en aguas de Montaña Amarilla, junto a Costa del Silencio, en Arona.

Lo que empezó como una plácida inmersión para captar recursos previos para un proyecto cinematográfico, se tornó en una pesadilla para ambos jóvenes.

Barreto, un actor y cineasta que ahora vive en Madrid, invitó a su amigo Aitor a tomar imágenes de los fondos submarinos próximos a Montaña Amarilla. Aclara que todo fue bien hasta que "el viento cambió y empezó a venir del Norte; con lo cual las olas fueron mucho más grandes, de un metro o metro y medio, y aproximarse a la orilla significaba nadar a contracorriente".