El Domingo de Ramos se vivió ayer con intensidad en prácticamente todos los municipios de Canarias, donde el protagonismo estuvo compartido entre la alegría de la bendición de los palmitos y olivos y la celebración de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, y la solemnidad de las eucaristías y de las primeras procesiones nocturnas.

Destaca la procesión del Señor de la Burrita de La Laguna, a la que asistieron cientos de fieles y que contó con la presencia del obispo de la Diócesis nivariense, Bernardo Álvarez, que bendijo los palmitos y olivos que luego portaron los niños de la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén, así como numeroso público e incluso las autoridades.

El recuerdo a Tato, uno de sus baluartes durante muchos años, estuvo presente durante toda la jornada matinal.

El primer día fuerte de la Semana Santa se completó por la tarde con la salida del Cristo de las Caídas desde la ermita de San Juan y del paso de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia y María de la Amargura, que son cargados a hombros y con gran inspiración andaluza.

Hoy las procesiones laguneras continuarán con la salida del Cristo del Amor Misericordioso a las siete de la tarde y posteriormente del Señor en el Huerto.