El futuro sistema de navegación europeo Galileo, que competirá con el GPS estadounidense, "vuelve a ir por el buen camino" con el lanzamiento correcto de sus dos últimos satélites, con el que la Comisión Europea (CE) confía haber superado un historial de retrasos o fallos técnicos.

"A partir de ahora todo será más regular y esperamos acelerar el despliegue de Galileo", dijo un alto responsable comunitario.

El pasado 27 de marzo culminó con éxito el lanzamiento de la cuarta pareja de satélites del sistema desde el puerto espacial de Kurú, en la Guayana Francesa, por medio de un cohete ruso Soyuz, el mismo tipo que falló el pasado 22 de agosto a la hora de colocar en la órbita correcta los dos anteriores.

La comisaria europea de Mercado Interior e Industria, Elzbieta Bienkowska, indicó que este paso suponía que "el mayor proyecto de infraestructura de Europa", con un presupuesto de 7.000 millones de euros financiado al 100 % por la UE, volvía a "ir por buen camino".

Galileo, que empezó a gestarse en los años noventa, ha afrontado retos como el fracaso de las negociaciones para crear una asociación público-privada que lo impulsase, lo que llevó en 2008 al Consejo y al Parlamento Europeos a decidir completar sus financiación directamente de las arcas comunitarias.

En 2011 se lanzaron los dos primeros satélites y, en 2012, los dos siguientes, en la fase llamada de "validación en órbita", que sirve para probar el diseño del sistema antes de que los satélites pasen a utilizarse en la configuración operacional.

De esos cuatro satélites, construidos por Astrium, "tres están funcionando perfectamente y uno está a medio gas" y "no puede funcionar de manera plena" al tener problemas con su antena, confirmaron las fuentes comunitarias.

Posteriormente, y ya bajo fabricación de la alemana OHB al haber ganado una licitación pública, se lanzó en agosto otra pareja de satélites que quedaron "situados en una órbita mala".

"Hemos hecho correcciones, no están en la órbita ideal que queríamos, pero están funcionando bien", señalaron las fuentes.

Precisaron que "nunca llegarán al 100 % de su rendimiento" sino, "quizás, entre el 80 ó 90 %, algo en lo que aún estamos trabajando con la Agencia Espacial Europea (ESA)".

Los técnicos están haciendo cambios de software en los centros de control para adaptar los receptores a la órbita elíptica y con efectos aleatorios en la que han quedado los satélites.

"Hay muy buenas noticias sobre esos dos satélites, pero no definitivas", dijeron sobre un proceso "gradual" que puede durar "uno o dos años" para sacar su máxima rentabilidad.

El consorcio europeo de lanzaderas Arianespace creó una comisión de investigación en la que participó la CE que sirvió para hallar la razón del incidente con el cohete Soyuz: la mala alineación de dos piezas de aluminio que provocó su congelación y que fallase el sistema que controla la altitud del lanzador.

Por lo que respecta a los dos satélites lanzados en marzo, "hasta el momento, van perfectamente", declararon las fuentes, que se mostraron convencidas de que se podrán explotar "al 100 %".

De cara a los dos siguientes lanzamientos, previstos para septiembre y para diciembre o enero próximos, la idea por el momento es seguir con Soyuz antes de pasar a emplear cohetes europeos Ariane 5, que en vez de dos satélites podrán poner en órbita hasta cuatro.

"Tenemos que comprobar la compatibilidad con Ariane 5", señalaron las fuentes, que subrayaron que antes de emplear este nuevo lanzador, posiblemente en 2016, habrá que culminar las pruebas.

Por contrato, la ESA aún puede utilizar tres cohetes Soyuz y tres Ariane 5, aunque "aún no está acordado el plan completo" de uso y "tenemos que decidir cuándo utilizamos cuál".

El objetivo es "declarar los servicios iniciales de Galileo en 2016", momento en que será importante garantizar la continuidad y que no haya "agujeros", según las fuentes.

Otro de los problemas en el pasado fueron los retrasos en la entrega de los primeros satélites construidos por OHB, criticada entonces por el sindicato CFE-CGC de Thales Alenia Space y Astrium, que consideraban a la alemana falta de preparación en un sector tan exigente y complicado como el aeroespacial, y que finalmente tuvo que pagar indemnizaciones.

En cambio, las fuentes aseguraron que "ahora su cadena de producción está trabajando bien", y confiaron en que "ahora todo será más regular".

"La producción de los satélites va bien, el lanzador va bien; ahora esperamos verdaderamente acelerar el despliegue" de la constelación de Galileo, que debería tener 30 satélites para 2020, cuando se espera que funcione a pleno rendimiento, concluyeron.