El equipo de investigación de Ingeniería de la Construcción de la Universidad de Córdoba (UCO) ha logrado determinar que el 50% de la arena convencional puede ser sustituida por arena reciclada sin que afecte significativamente a las propiedades de los morteros de albañilería, según ha informado la institución.

El profesor de la Universidad de Córdoba José Ramón Jiménez ha asegurado que "se usan pocos materiales de este tipo porque la normativa y las especificaciones técnicas están hechas para áridos de origen natural y no para áridos de origen reciclado". También ha argumentado que hay otro factor: la península Ibérica es rica en áridos naturales, por lo que se prefiere el empleo de este material pese a que no es renovable y en términos generales es escaso.

"La arena es más escasa de lo que pensamos", advierte un informe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente publicado en marzo de 2014. La ONU recuerda que entre los 47 y 59 millones de toneladas de materiales que se extraen en el planeta a lo largo de un año, más de dos tercios (entre el 68% y el 85%) son arenas y gravas. Es el recurso natural más empleado después del agua y por delante del petróleo.

Uno de los destinos más habituales de esta arena es la construcción, como parte generalmente de la producción de morteros y hormigones. Por cada tonelada de cemento, la industria de la construcción necesita entre seis y siete veces más de arena, estima el Servicio Geológico de los Estados Unidos. Cada año se producen en el planeta más de 3,7 billones de toneladas de cemento, según la agencia estadounidense.

La mitad de los residuos generados por la construcción y la demolición en la Unión Europea son considerados residuos de albañilería. El Parlamento Europeo pretende que en 2020 al menos el 70% de estos subproductos debería ser reciclados. Un tercio de todos los residuos producidos en la Unión Europea son materiales procedentes de la construcción y la demolición.