Eduardo Anitua, fundador y director científico de BTI, empresa especializada en implantología y en terapias regenerativas, cree que dentro de dos décadas será posible regenerar órganos e incluso crearlos en laboratorio de manera completa para posteriores trasplantes y nuevas aplicaciones que hoy parecen inalcanzables.

En una entrevista, este doctor en Medicina y Cirugía, que junto con el traumatólogo Mikel Sánchez tiene entre sus pacientes a personalidades como el rey Juan Carlos y el deportista Rafa Nadal, asegura que los tratamientos que emplea para regenerar tejidos podrían ser incorporados mañana mismo a la sanidad pública porque "no son caros".

Anitua fundó en 1999 en Vitoria Biotechnology Institute (BTI), y lo que empezó como una apuesta personal por la investigación, se ha convertido hoy en "un referente científico internacional en la aplicación de terapias regenerativas".

Fruto de este trabajo, Anitua y su equipo de 50 investigadores han desarrollado una técnica llamada Endoret, que se basa en estimular la capacidad del organismo para autorregenerarse y que consiste en aplicar plasma rico en factores de crecimiento obtenido a partir de la sangre del propio paciente.

Anitua asegura que hace "todo lo que está a su alcance" para que estas técnicas lleguen a la población de forma general y afirma que "le duele" que no se estén usando de manera extendida en la sanidad pública por motivos que no tienen que ver con la ciencia ni la medicina.

Recuerda que tratar una artrosis con plasma no sólo es eficaz sino que conllevaría un ahorro para las administraciones públicas puesto que retrasa unos años el avance de la enfermedad y la necesidad de colocar una prótesis. Además, reduce los ingresos hospitalarios, así como la necesidad de antiinflamatorios y analgésicos.

No obstante, considera que "en unos años todos los quirófanos usarán plasma rico en factores de crecimiento" y será "una técnica rutinaria" por su versatilidad en las distintas operaciones y por su capacidad para regenerar tejidos.

Este investigador alavés no oculta que le pesa que "en España no haya cultura ni tradición biomédica" y echa también en falta más sensibilidad por parte de las administraciones públicas hacia proyectos "pioneros" que se desarrollan en este campo.

A su juicio, "España y la medicina pública de este país podrían ser un referente en el mundo" en terapia regenerativa y si la compra pública de tratamientos con plasma "se unificara o se acordara", introducir estas terapias en la sanidad pública sería más sencillo.

El plasma rico en factores de crecimiento está regulado como medicamento de uso humano por la Agencia Española desde mayo de 2013 y la tecnología con la que se obtiene está patentada por BTI. Sin embargo, Anitua advierte de que sus patentes están siendo "violadas y copiadas" de manera reiterada porque "la Administración pública no las protege".