Un estudio realizado por el British Council y la Universidad de Alcalá demuestra que la mayoría de las universidades españolas son poca rigurosas en la formación de inglés superior.

"Aunque se ha extendido notablemente la oferta de materias, e incluso grados, que se pueden impartir en inglés, la apuesta por la docencia no está siempre sustentada en un sistema de exigencia que asegura su calidad, ni está acompañada de medidas que ayuden al profesorado a alcanzar la competencia necesaria para poder incorporarse a este tipo de docencia", ha expresado la profesora de la Universidad de Alcalá Ana Halbach durante la presentación del informe este martes en la Embajada Británica.

En este sentido, el informe, en el que participaron 50 universidades del país, señala que sorprende el hecho de que solo casi 1 de 4 universidades exige el nivel C1 a los profesores que imparten asignaturas en inglés. "Esta carencia de requisitos de un nivel avanzado pone en entredicho la calidad de la enseñanza en inglés", añade.

Los encargados de estas evaluaciones han asegurado que para corregir estas deficiencias, sería conveniente que las universidades desarrollaran una política lingüistica clara, cuya ejecución y supervisión esté a cargo de un órgano creado para este fin en cada universidad. Además, sugieren que solo se deben ofrecer y admitir las pruebas de nivel y criterios que recomienda la mesa lingüistica de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) y la Asociación de Centros de Lenguas en la Enseñanza Superior (ACLES).

Además, han invitado al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte a asumir un papel más protagonista a la hora de establecer una clara coordinación entre las administraciones educativas de las distintas comunidades autónomas y elaborar una normativa única, clara y coherente que regule el reconocimiento de acreditaciones de competencias en lenguas extranjeras.

Por otro lado, el estudio destaca que pese a las carencias en temas técnicos, la universidad española apuesta fuertemente por fomentar la adquisición de la comptenecia en una lengua extranjera, aunque enfatiza en que hace falta más medios y formación tanto para profesores como para alumnos.

"En estos momentos, la situación ha mejorado gracias, entre otros factores, a una mayor coordinación a través de órganos como CRUE y ACLES, pero todavía queda trabajo por hacer si queremos asegurar la necesaria calidad en la universidad y crear un sistema más equitativo para todos los estudiantes", indica el estudio.

FALTA FINANCIACIÓN

El profesor de la Universidad de Alcalá Alberto Lázato, otro de los encargados de elaborar el informe, ha afirmado que hay una financiación escasa para los estudios en la lengua inglesa. "Convendría que todas las universidades destinaran una partida presupuestaria suficiente a la acreditación lingüistica, de manera que la instancia encargada de verificar el nivel de lengua extranjera de los estudiantes y profesores pueda utilizar las pruebas reconocidas por la CRUE y no tener que renunciar a ello por el excesivo coste de las mismas", ha dicho.

Además, el estudio propone a que las universidades deberían subvencionar cursos de formación en lengua extranjera para aquellos estudiantes de grado que han de acreditar, para la obtención del título, un nivel de competencia superior al B1 de entrada. Este tipo de ayuda, según aseguran, contribuiría a afianzar la movivlidad de sus estudiantes.