"Personal assistant executive" es la nueva nomenclatura para definir al mayordomo del siglo XXI, una de las profesiones más requeridas dentro del sector del lujo, según Juan de Dios Orozco, consejero delegado de la Escuela Internacional de Mayordomos de Madrid (iB''S).

Trajes impolutos, un excelente cuidado en las formas, una sonrisa permanente y, sobre todo, un deseo de servir y atender las necesidades del otro parece que siguen siendo las máximas para triunfar en una profesión que está muy lejos de caer en el olvido.

Un oficio de hombres y mujeres "invisibles", con una formación amplísima y muy especializada, que no se limita a servir la mesa, puesto que "dirigen personas y propiedades" y resuelven, "antes de que se lo pidan", todas las necesidades de los señores de la casa, asegura Juan de Dios Orozco, quien recibe solicitudes de todas partes del mundo para formar y proporcionar este exclusivo "personal de confianza".

El responsable de iB''S comenta que en otro tiempo ser mayordomo era una profesión muy considerada. "Requería mucha responsabilidad y estaba muy bien remunerada. ¿Quién a finales del XIX o principios del XX disponía de un despacho propio desde el que organizar a 10 o 12 personas?".

Era el pilar de cualquier mansión aristocrática, donde el servicio y el protocolo eran una señal de distinción. Una circunstancia que se mantiene pues, según detalla Orozco, su salario oscila entre 35.000 y 100.000 euros anuales.