La Albufera de Adra (Almería) es un lugar con extraordinarios valores naturales y constituye también un espacio para la ciencia y para la educación que sobrevive, con un adecuado estado de salud, incrustado en un mar de invernaderos.

Se trata de un sorprendente humedal compuesto por dos lagunas separadas del mar Mediterráneo por una estrecha franja litoral y empotradas en un entorno desértico dominado por ese característico mar de plástico que durante los últimos cincuenta años ha transformado el paisaje del poniente almeriense.

La Albufera está incluida en la lista Ramsar, que incluye los 2.000 humedales más importantes del mundo, pero está además catalogada como Zona de Especial Protección para las Aves y LIC dentro de la red europea Natura 2000, y completa su currículo con el título de Reserva Natural.

El humedal es un lugar privilegiado para numerosas especies de aves procedentes del norte de Europa que buscan refugio y alimento durante el invierno en zonas más cálidas, y para muchas procedentes de lejanas regiones esteparias y desérticas de Asia y de África que aprovechan durante la primavera los cañaverales de sus orillas para nidificar y reproducirse.

Entre los recursos naturales presentes en este espacio destaca además la presencia de numerosos anfibios, como el galápago leproso, y de algunos peces como el "pejerrey" o el "farfet", una especie endémica y en peligro de extinción que ha encontrado en esta Albufera uno de los pocos ecosistemas donde sobrevivir.

Pero sobre todas las especies presentes de forma regular en el lugar destaca la "malvasía cabeciblanca", un pequeño pato buceador que estuvo al borde de la extinción.