El primer ministro irlandés, el democristiano Enda Kenny, instó ayer al electorado a "hacer historia" votando a favor del "matrimonio gay" en el referéndum que se celebra hoy, tan solo 22 años después de que este país, aún mayoritariamente católico, despenalizara la homosexualidad.

Kenny efectuó esas declaraciones en el último acto de la campaña de un plebiscito que, en caso de victoria del "sí", convertirá a la República de Irlanda en el primer país del mundo que aprueba el matrimonio entre parejas del mismo sexo a través de una consulta popular.

El jefe del Gobierno reiteró que el voto positivo es "un sí a la inclusión, a los derechos, al amor y a la igualdad, en general, y, en particular, a la igualdad en el matrimonio".

Hace 22 años que el país despenalizó las relaciones entre personas del mismo sexo

Unos tres millones de irlandeses están llamados a las urnas para decidir si aceptan que un "matrimonio puede ser contraído de acuerdo con la ley por dos personas sin distinción de su sexo". Esa es la frase que el Ejecutivo, que cuenta con el apoyo de todas las fuerzas políticas, ha propuesto añadir a la Carta Magna para proteger constitucionalmente los derechos de la parejas del mismo sexo.

Las encuestas siguen otorgando una cómoda ventaja a la ratificación de la propuesta del Gobierno, si bien el rechazo ha ganado terreno en las últimas semanas y aún hay un significativo porcentaje de indecisos.

Los detractores de la propuesta del Gobierno, entre los que figuran grupos antiabortistas, ultraconservadores y la aún poderosa Iglesia Católica, sostienen que el matrimonio entre homosexuales atenta contra los valores de la familia tradicional y que modificará radicalmente los procesos de adopción y de maternidad subrogada, al tiempo que erosionará los derechos del menor.