El arrecife artificial instalado hace casi un año en la playa de la Malvarrosa, en Valencia, primera instalación deportiva subacuática de España dedicada a regenerar playas y preservar la biodiversidad con un enfoque al ecoturismo, ha probado durante este tiempo su capacidad para regenerar la vida marina.

Pulpos, estrellas de mar y multitud de bancos de peces y algas ya pueblan el arrecife artificial. Este es el resultado de la primera fase del Proyecto Arrecifes Valencia, liderado por la Fundación Deportiva Municipal (FDM), que se ha convertido en la primera instalación deportiva subacuática de España cuya finalidad es preservar la biodiversidad y ser foco de atracción de aficionados al ecoturismo y al buceo.

A lo largo de estos meses, se ha podido ver en estos arrecifes, formados por tres grandes estructuras de hormigón sumergidas a unos 180 metros de la costa y cuatro de profundidad, diferentes especies de animales y plantas que "completan una biodiversidad difícil de encontrar en los fondos arenosos de las playas de la ciudad", según la directora del proyecto y técnico de la FDM, Natividad Domingo.