El papa Francisco extendió hoy su programa de reformas de la Iglesia católica al territorio del matrimonio para hacer más económica y rápida la anulación de este vínculo, que seguirá no obstante siendo "indisoluble" para el Vaticano.

La pequeña revolución anunciada ayer por la Santa Sede en forma de dos "motu proprio" (documentos papales) afecta a uno de los sacramentos de la Iglesia que más marcan la vida de sus fieles y que exponen ante la sociedad el vínculo entre la institución y sus seguidores.

Pero también modifica un proceso, el de la nulidad matrimonial, que se aplicaba prácticamente de la misma manera desde hacía tres siglos y que ahora Francisco decide revisar con la intención de que sea más ágil y accesible.

Y también económico, en respuesta a quienes han considerado que el éxito de los procesos de nulidad del matrimonio eclesiástico ha podido estar demasiado vinculados en el pasado al nivel de recursos de quienes ya no deseen estar casados por la Iglesia.

El pontífice actúa por lo tanto en un área que toca a la vida diaria de fieles católicos, completando otras reformas que desde que accedió a la sede de San Pedro han afectado tanto al funcionamiento interno de la Iglesia como a sus relaciones externas o el comportamiento del propio papa.

La pausa estival romana fue precisamente rota por Bergoglio con una simbólica visita a una óptica de la ciudad para renovarse las gafas, un movimiento fuera de los muros vaticanos que confirma el propósito del papa de mostrar proximidad.

Un anécdota de su vida diaria en el Vaticano -donde en una de sus primeras decisiones trasladó el domicilio del papa desde el Palacio Pontificio a la más modesta residencia Santa Marta- que fue seguida el domingo de otra orden de más calado: que toda parroquia católica acoja a una familia de refugiados.

Ejemplos personales acompañados de decisiones que obligan a otros representantes de su Iglesia a adoptar otras actitudes con el obvio propósito de mostrar cercanía a los problemas que preocupan a la ciudadanía, como es el caso de la inmigración masiva hacia Europa procedente del Oriente Medio en guerra.

El paso de Jorge Bergoglio por el Vaticano en apenas poco más de dos años va marcado por elecciones que se dirigen tanto a la reforma de las estructuras de la Iglesia -con la decisión de dar claridad a sus instancias económico-financieras- como al cambio en algunas de sus actitudes.

En esta dirección se comprenden las palabras de Bergoglio hacia lo que le place en denominar las "periferias del mundo", tanto físicas como mentales, cuando apela a la comprensión y a la acogida en relación con la homosexualidad o con su actitud hacia los divorciados que se han vuelto a casar y que quieren seguir participando de los sacramentos de la Iglesia católica.

El pontífice ha recabado opiniones sobre esas cuestiones de las diócesis de todo el mundo para el Sínodo Extraordinario sobre la Familia celebrado en 2014, precedente del Sínodo ordinario convocado para el próximo octubre llamado a decidir cómo y cuáles se incorporan como guía de su actuación futura.

Interpelada por las críticas al tratamiento dado a las víctimas de abusos sexuales por parte de miembros del clero, la Iglesia de Francisco ha pedido perdón públicamente y el pontífice ha ordenado endurecer su actuación en casos de pederastia dentro de la reforma anunciada del código penal de la Santa Sede.

Las reformas de Francisco, que incluyen la de una nueva Constitución para la Curia que examina con el consejo de nueve cardenales nombrados para ayudarle en su gobierno, han suscitado obviamente resistencias internas, que el papa ha reconocido pero a las que considera algo "muy sano".

La actuación de Francisco con sus últimos "motu proprio" antecede en pocos días a su esperadísimo viaje a Cuba y Estados Unidos, que ilustra otro ámbito de los cambios que ha propiciado, el de la reducción de las tensiones geopolíticas por la mediación de la diplomacia del Estado vaticano.

Sin olvidar que, con su encíclica "Laudato si", el pontífice ha expresado claramente sus opiniones sobre el maltrato del planeta por parte de la humanidad con una denuncia contra el sistema económico predominante con palabras muy duras contra la corrupción y a favor de la promoción de las energías renovables.