Andrea, la niña de 12 años con una enfermedad rara e irreversible para la que se solicitó una muerte digna y que estaba ingresada en el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS) falleció ayer.

Sus padres, Estela Ordóñez y Antonio Lago, expresaron su deseo, una vez se atendió su demanda y se le retiró la alimentación que recibía por gastrostomía, de tener "intimidad" para, de este modo, poder superar el duro trance de despedirse de su hija mayor, aquejada desde que era un bebé de una dolencia tan rara que ni siquiera tiene nombre.

El Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), en el que ha estado ingresada la niña, planteó modificar su plan terapéutico al producirse cambios en el estado de la cría.

La Gerencia informó en un comunicado de que se dio aviso tanto al juzgado como a los padres de Andrea de estos "cambios clínicos" que, apostillaron, provocaron alteraciones en el plan terapéutico seguido hasta ese momento y, con el visto bueno de la Justicia, llevaron a la modificación practicada, retirar la alimentación que Andrea recibía por gastrostomía, algo que se hizo con la conformidad de sus padres.

El servicio de Pediatría del CHUS subrayó que su actuación se adecuó "en todo momento a lo establecido en la normativa vigente".

Los padres de Andrea, la niña de 12 años con una enfermedad neurodegenerativa irreversible, manifestaron que su hija "se ha ido en paz y con tranquilidad, sin sufrir", y "como ella misma hubiese querido". Tras el fallecimiento de la menor al mediodía de este viernes, en el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), la familia de Andrea emitió un comunicado, remitido a los medios por el abogado, en el que muestra su pesar por la muerte de la menor, que había ingresado de urgencia el 9 de junio. "Su recuerdo vivirá para siempre en nuestros corazones", expresó. Asimismo, trasladó "una última petición", en la que expresan que quieren despedir a Andrea "en la más estricta intimidad".