La universidad siempre ha estado reservada a materias sesudas, o que al menos lo parecieran, sin embargo en la Universidad Autónoma de Madrid le van a dedicar un congreso al monólogo humorístico, una de esas cosas que a primera vista no parecen serias, pero que posee un gran trasfondo cultural.

"Era inevitable, iba a llegar a la universidad", confirma a Efe Dani Alés, humorista profesional y director del II Congreso Universitario sobre el Monólogo Cómico, propiamente conocido en el ámbito más académico como "stand up comedy".

Como todo buen congreso que se precie, éste va a contar con la presencia de las mayores eminencias nacionales en la materia que, en lugar de vestir bata, están acostumbradas a subirse a un escenario, normalmente de noche y ante un público que en la mano, en vez de una calculadora, suele tener un cubalibre.

El ''rector del humor'', Joaquín Reyes, presentará la conferencia inaugural de un encuentro al que también asistirán autorizadas voces en la disciplina, que aún no ha sido suficientemente estudiada en su vertiente de fenómeno cultural, como son Ignatius Farray, Agustín Jiménez, David Guapo, Ricardo Castella o Juan Carlos Ortega.

"Hay una relación clara entre la cultura de vanguardia y el stand up comedy", explica Alés, quien además de subirse al escenario como integrante de Comedy Central y organizar este congreso, también ha impartido cátedra -más concretamente Literatura- en la universidad.

Alés subraya que, pese a que el monólogo humorístico haya estado siempre "muy ligado a una especie de ocio sencillo, de chiste y ya está", tiene mucho más trabajo y significado detrás, no es algo tan ligero como pudiera parecer.

En su vertiente como teórico del lenguaje, Alés advierte de que "muchos cómicos encarnan altas miras literarias, artísticas o epistemológicas" a la hora de elaborar sus espectáculos, al escribirlos, pese a que luego, una vez en lo alto del escenario, puede parecer algo muy sencillo y que cualquiera puede hacer.

Para ello, el director del congreso utiliza el ejemplo de Joaquín Reyes, que se puede hacer extensivo a la cantera albaceteña de cómicos en la que figuran el resto de integrantes de programas televisivos como Muchachada Nui.

De hecho, Alés equipara -"guardando las distancias", matiza- la novela ''El nombre de la rosa'', de Umberto Eco, con los monólogos de Joaquín Reyes, puesto que ha detectado un elemento común que normalmente copa páginas y páginas en los volúmenes académicos relacionados con la comunicación.

"El caso de Joaquín es muy interesante porque, como puede pasar con Umberto Eco, que planificó en ''El nombre de la rosa'' de la misma forma, ha sido consciente de que hay niveles de comprensión por parte del público", indica Alés, quien prosigue.

"La comedia de Joaquín Reyes es parecido a esto, puede parecer un poco popular, porque los referentes son populares, pero es muy compleja, es una construcción muy sólida en la que asume una serie de dificultades técnicas que no se ven de lo bien trabadas que están y eso es lo que hace que guste a la gran masa y a gente muy entendida", analiza el director.

Quien se espere monólogos y actuaciones similares a las del Club de la Comedia o Paramount Comedy en el Salón de Actos de la Universidad Autónoma entre los próximos días 19 y 21 de octubre -fechas del congreso- quizá esté equivocado -aunque seguro que lo pasa bien-, porque aunque los protagonistas vayan a ser los mismos, el motivo de su presencia allí será diferente.

"No es un ''late night'', es historia, cultura, literatura", comenta el director del congreso, quien adelanta que durante el foro también se sucederán las mesas redondas entre personalidades algo más desconocidas del mundo de la televisión y el humor, pero igualmente importantes, como aquellos que crearon los programas que semana tras semana atraen a miles de espectadores.

"Es historia de la comedia, quizá estamos empezando algo que no sabemos el relieve que tendrá", dice Alés, quien, pese a ser cómico, se toma muy en serio la vertiente más académica de un monólogo, una disciplina cómica que también aborda temas como el amor o la vida.

"De todo esto hablamos en un contexto de chistecitos", concluye entre risas y con cierta ironía el profesor, director y cómico que junto con otros estudiosos del lenguaje y la literatura va a conseguir, por segundo año consecutivo, llevar al estudio universitario una disciplina popular por excelencia como es el monólogo.

En su día pasó lo mismo con el jazz y hoy es, como bien sabe Alés, una expresión artística "de alto nivel cultural".