Un nuevo conjunto de experimentos de impacto de alta velocidad sugiere que el planeta enano Ceres puede ser como una diana cósmica: Los proyectiles que se estrellan alló tienden a pegarse a su superficie.

Los experimentos, realizados con el Gun Range Vertical del Centro de Investigación Ames de la NASA, sugieren que cuando los asteroides y otros impactadores golpearon Ceres, gran parte del material de impacto permaneció en la superficie en lugar de rebotar en el espacio. Los resultados sugieren que la superficie de Ceres podría consistir en gran medida de un batiburrillo de material meteorítico recogido durante miles de millones de años de bombardeo.

La investigación, realizada por por Terik Daly y Peter Schultz, de la Universidad de Brown, se publica en la revista Geophysical Research Letters.

Ceres es el objeto más grande del cinturón de asteroides y el planeta enano más cercano a la Tierra. Hasta la reciente llegada de la nave espacial Dawn, todo lo que se sabía acerca de Ceres provenía de observaciones telescópicas. Las observaciones mostrarron una misteriosa baja densidad de Ceres, lo que sugiere que está hecho bien de material de silicato muy poroso, bien con una gran capa de hielo de agua.

Para entender los procesos de impacto, los investigadores recurrieron al Vertical Gun Range de la NASA, un cañón de casi 5 metros que puede lanzar proyectiles a velocidades de hasta 25.000 kilómetros por hora. Para este trabajo, Daly y Schultz querían simular impactos en superficies de baja densidad que imitan las dos grandes posibilidades para la composición de la superficie de Ceres: silicato poroso o helada.

Para el caso de silicato poroso, los investigadores lanzaron impactadores en una piedra pómez en polvo. Para el caso de hielo, utilizaron dos objetivos: nieve y nieve cubierta por una fina capa de material de silicato esponjoso, simulando la posibilidad de que el hielo del Ceres se encuentre por debajo de una capa de silicato. Luego golpeó estos objetivos con pedazos del tamaño de guijarros de basalto y de aluminio, simulando meteoritos rocosos y metálicos.

El estudio mostró que en todos los casos, una gran proporción del material de impacto permaneció en y alrededor del cráter de impacto. Esto fue especialmente cierto en el caso del hielo, dijo Daly, con porcentajes de permanencia del 77 por ciento.

Las velocidades de impacto utilizadas en los experimentos fueron similares a las velocidades que se cree son comunes en las colisiones del cinturón de asteroides. Los resultados sugieren que la mayoría de los impactos sobre cuerpos porosos como Ceres causan una acumulación de material de impacto en la superficie.

Durante miles de millones de años de tales impactos, Ceres ha podido acumular un poco de material no nativo. Los investigadores tienen la esperanza de que a medida que la nave espacial Dawn escanee la superficie a una resolución mucho mayor, podría ser capaz de detectar los parches individuales de este material ajeno.