Han pasado casi tres meses desde que Juan (nombre figurado por motivos de seguridad), de 30 años, se vio involucrado en un intento de homicidio en el exterior de un "after hour" de Costa Adeje. Desde entonces le han quedado algunas secuelas físicas y psíquicas. Pero, por varios motivos, aún no tiene un proceso de rehabilitación definido. Y las lesiones causadas en ese atropello intencionado por ahora le impiden trabajar como "charcutero" o "camarero", las actividades a las que ha dedicado la mayor parte de su vida laboral.

En la mañana del 26 de julio pasado, Juan, vecino de un barrio de Santa Cruz de Tenerife, salía con su amigo Pedro del local Pasha, en San Eugenio (que abre entre las cinco de la madrugada y las 11 de la mañana). De repente, vio que un conocido de su grupo estaba peleando con otro joven, que acababa de salir de prisión y que tiene muchos antecedentes, conocido como "El Volcán".

Relata que medió para que su conocido dejara la reyerta y se fueron del lugar. A "El Volcán" supuestamente se lo llevó un amigo. Después, Juan oyó un fuerte acelerón. Quedó inconsciente en el suelo y fue reanimado por su amigo. Había sufrido una lesión muy grave en su brazo derecho y, además, tenía dos fisuras en la cadera. Explica que notó fuertes dolores cuando el personal médico y sanitario intentó colocarlo en una camilla. Al resto de atropellados les dieron el alta el mismo día del suceso. Pero él tuvo que estar dos días en la Unidad de Cuidados Intensivos de Hospiten Sur y un par de semanas más hospitalizado en dicho centro.

Las cicatrices del suceso son aún muy visibles en su brazo. Sin embargo, por cómo relata que quedaron sus músculos después de ser arrollado, los cirujanos han efectuado un trabajo importante.

Recuerda que, para realizarle las primeras curas, tuvieron que ponerle anestesia general, ya que el dolor era "insoportable".

No obstante, aclara que todavía sufre calambres en esa extremidad, a la vez que pierde sensibilidad (se le "enduerme") con frecuencia. Y eso significa que no puede desarrollar lo que fue su trabajo durante más de una década: charcutero en el negocio familiar.

Cuando fue víctima del intento de homicidio por los ocupantes de un BMW, había dejado dicha actividad e iba a empezar a trabajar como camarero en el sur de la Isla. Ese proyecto se ha frustrado.

Además, señala que tras el accidente le han ofrecido un puesto en una cadena de distribución alimenticia, pero no ha podido aceptar la oferta, debido a su actual estado físico. Durante semanas se sometió a las curas ambulatorias, a las que tenía que acudir en taxi. Actualmente, Juan ya puede conducir, pero aún el brazo le duele o le tira al efectuar determinados movimientos al volante.

Todavía tiene pesadillas con los hechos sufridos y se pone alterado cuando escucha un acelerón inesperado.

"Volví a nacer y valoro más a la gente que me aprecia"

Juan manifiesta que el pasado 26 de julio "volví a nacer" y comenta que, cuando te pasa algo así, "te das cuenta de quiénes son las personas que realmente te aprecian y te apoyan". En estos momentos, la víctima del atropello supuestamente intencionado está en la fase de resolver asuntos de carácter médico, como la obtención de radiografías o que le asignen un programa de rehabilitación definido" para poder recuperar lo máximo posible la capacidad muscular de su brazo derecho. Sin embargo, está a la espera de que su médico de cabecera lo atienda en la consulta y que le solicite una cita con el traumatólogo, para que le haga un informe de cómo tiene la extremidad afectada y le diga qué ejercicios tiene que afrontar.