El porcentaje de alumnos que ha promocionado en el primer curso de la Formación Profesional Básica, implantada el pasado año como una de las grandes apuestas de la Lomce, es del 50 %, una cifra por debajo de las expectativas y cuyas causas, según los expertos, hay que analizar en profundidad.

Una puesta en marcha tan precipitada que ni centros ni docentes estaban suficientemente preparados, un currículo del que los alumnos esperaban más práctica que teórica, las dudas de los padres sobre el futuro de estos estudios y, simplemente, que los estudiantes no han llegado al nivel exigido o han decidido abandonar pueden estar detrás de ese dato, dicen a Efe portavoces de sindicatos de la Educación.

"No es dramático pero un 50 % de aprobados está por debajo de las expectativas que había y supone un problema", resalta el presidente de la Enseñanza de CSIF, Adrián Vivas.

Mas allá va el secretario general de la educación pública no universitaria de CCOO, Francisco García Cruz, que califica de "rotundo fracaso" el que solo la mitad del alumnado haya pasado de curso.

El presidente de la Federación de Asociaciones de Directivos de Centros Educativos Públicos (Fedadi), Alberto Arriazu, asegura que ya imaginaba que la tasa de aprobados no iba a ser buena por las noticias que le llegaban de distintos centros sobre "absentismo" e incluso "abandono" de muchos alumnos del primer curso de FP Básica.

A las causas ya citadas sobre la tasa de alumnos promocionados, Arriazu añade "la escasa y mala orientación" en su día para los estudiantes sobre lo que realmente son estos estudios.

La FP Básica, una de las grandes apuestas del Ministerio de Educación para reducir el abandono educativo temprano y cuya implantación está cofinanciada por el Fondo Social Europeo, empezó su andadura el curso 2014-15 para ir sustituyendo a los antiguos PCPI (Programas de Calificación Profesional Inicial).

Consta de dos cursos obligatorios (puede repetirse una vez cada curso) para alumnos de entre 15 y 17 años con dificultades de aprendizaje que hayan terminado tercero o, excepcionalmente, segundo de ESO; además, sirve para obtener el título de la ESO y pasar a FP de grado medio.

Según destacó esta semana el secretario de Estado de Educación, FP y Universidades, Marcial Marín, la FP Básica, que cuenta con un total de 608 millones de euros de inversión del Estado desde 2014 a 2016, se ha implantado con "normalidad" y en la actualidad ofrece 27 títulos profesionales, desde Carpintería a Informática de Oficina o Peluquería y Estética.

El curso pasado hubo 40.468 alumnos y las cifras estimatorias para este curso son de 68.300 estudiantes, "lo que refleja el asentamiento de esta opción en el sistema educativo español", sostiene Educación.

Pero esa cifra del pasado curso es inferior a la estimada hace un año por el entonces ministro José Ignacio Wert, que comentó que la oferta de la FP Básica en las comunidades autónomas (excepto Cataluña, que la aplazó) había sido de alrededor de 45.000 plazas y que se había ocupado el 80 % de ellas, lo que valoró como un ratio "razonable y satisfactorio".

Para los sindicatos de la Enseñanza está por ver si no hubiera sido mejor mantener los PCPI, defiende García.

Vivas señala también que muchos de los chicos que se han apuntado a la FP Básica buscaban pasar rápido al mercado laboral y se han encontrado quizá con una exigencia de estudios que no esperaban y en esta formación "no es pasar por pasar".

El secretario general de la Enseñanza de UGT, Carlos López, afirma que los datos demuestran que la FP Básica "no es una propuesta tan atractiva como se decía" y, aunque haya podido haber "una falta de interés del propio alumnado", estos estudios tampoco han tenido una implantación completa, ya que en algunas comunidades no se ha cubierto el 25-30 % de las plazas.