Entre un 15 y un 25% de los diabéticos desarrollan problemas en los pies, que en el 90% de los casos termina en amputación no traumática ligada a la enfermedad arterial periférica (EAP), algo que se podría reducir en un 95% con la implantación de protocolos para el manejo del pie diabético, con el fin de detectarlo de forma precoz.

"La EAP se asocia de una manera muy acusada a los trastornos crónicos que aparecen con la diabetes. En la actualidad y en nuestro medio, la diabetes es la primera causa de ceguera, de diálisis por insuficiencia renal terminal y de amputaciones no traumáticas ligadas a la patología vascular y desarrollada en los miembros inferiores", explica el jefe del servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, el doctor Enrique Puras. Añade además que "la EAP es muy grave, tiene una tasa de mortalidad más alta que el cáncer de mama o el colorrectal ".

El pie diabético es frecuente en varones mayores de 45 años y en personas con diabetes tipo 1, pero también lo sufren el resto de afectados por esta enfermedad metabólica, y cada vez aumentan más los casos en personas más jóvenes. "Cuando alguien desarrolla una úlcera de pie diabético, esta se produce como consecuencia de una degeneración del estado vascular y neurológico a nivel general", indica el jefe de la Unidad de Pie Diabético del Hospital Quirónsalud de Madrid, José Luis Lázaro.

En este sentido, los profesionales del Hospital Quirónsalud Madrid, uno de los pocos que cuentan en sus servicios con una Unidad de Pie Diabético desde hace cinco años, hacen hincapié en la necesidad de implantar estos servicios por todo el territorio nacional, ya que, según el doctor Lázaro, "la amputación es un marcador de mortalidad", por las consecuencias que de ella se derivan y que en un alto número terminan en mortalidad. En esta unidad se evita esta técnica en la medida de lo posible, o se evita que una vez hecha sufra complicaciones, centrándose en la rápida cicatrización, ya que una amputación incrementa el riesgo de sufrir otra en un 50 por ciento, en un periodo de seguimiento de 3 años.