Unas 300 personas se han cortado la melena en el último mes para ayudar a mujeres con cáncer de mama que necesitan una peluca, según ha explicado hoy Carla Herrera, la impulsora de la iniciativa solidaria que estos días se ha instalado en Barcelona con motivo de la Cursa de la Dona.

Carla Herrera y un equipo de peluqueros solidarios están desde ayer en la Feria de la Mujer, Salud y Deporte, Sport Woman, situada en Fira de Barcelona, donde ya han cortado 20 melenas.

Pero el día fuerte será mañana, según Carla, ya que "Tu pelo vale un tesoro" se colocará en la línea de meta de la Cursa de la Dona, en la que correrán miles de personas para apoyar la lucha contra el cáncer de mama.

El espíritu de la campaña, que lleva un mes en marcha, fue una idea de la andaluza Carla Herrera, una mujer que ha hecho de la ayuda por las personas con cáncer su motivo para levantarse cada día, a partir de la historia que vivió en su casa.

"Hace ocho años, mi madre pasó por un cáncer, del que está muy recuperada -ha dicho Herrera-, pero en la familia nos cambió la vida, como pasa en todas las familias cuando ocurre algo así".

"No sabía cómo ayudar a mi madre, pero un día, cuando salimos de compras y nos dimos cuenta de que no había ningún lugar que reuniera todo lo que necesita una persona con la enfermedad, y tras darle muchas vueltas, hace tres años creamos ''Pulseras Rosas'', donde intentamos ayudar en todo lo posible", ha explicado.

Es curioso, pero hay cosas que se escapan del "pensamiento normal", porque se puede pensar que en una tienda así sirven sobre todo pelucas o pañuelos, pero hay incluso cubiertos especiales, "porque hay personas que, cuando están recibiendo quimioterapia, no soportan el sabor metálico de los cubiertos y hay que fabricar y vender algunos específicos para ellas".

En este centro de productos oncológicos es donde se ha gestado "Tu pelo vale un tesoro", una iniciativa que corta el pelo a "todos aquellos valientes y solidarios" dispuestos a desprenderse de matas de pelo de "un mínimo de 35 centímetros".

Los impulsores de la iniciativa venden este pelo natural, que la gente regala generosamente y el 90 por ciento dinero recaudado sirve para comprar pelucas a mujeres con cáncer de mama que acreditan que sus ingresos familiares son menores a mil euros, mientras que el 10 por ciento restante se dedica a proyectos de investigación.

"Las pelucas son caras, y mucha gente no puede permitírselo", asegura Carla Herrera, que considera "muy importante" para la autoestima de las mujeres con cáncer, que los efectos externos de la quimioterapia no sean demasiado evidentes.