El astrónomo del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) Roi Alonso asegura que es posible que haya vida en los planetas extrasolares que han sido detectados como candidatos a albergarla, pero la actual tecnología no es suficiente para comprobar si la hay.

El primer planeta extrasolar fue descubierto el 6 de octubre de 1995 por los astrónomos Michel Mayor y Didier Queloz desde el Observatorio de Haute Provence, en Francia, y se trata de un objeto que gira en torno a la estrella 51 de Pegaso, y desde entonces han mejorado mucho tanto las técnicas de búsqueda como los instrumentos, explica Alonso en una entrevista con Efe.

El primer planeta extrasolar localizado es muy distinto de la Tierra, pues tiene una masa similar a la de Júpiter y está muy pegado a su sol, y en los últimos años se han localizado planetas que están fuera de nuestro sistema solar mucho más pequeños tanto en masa como en tamaño y más lejos de su estrella, recordó Roi Alonso.

Ahora, prosiguió el investigador del IAC, el objetivo es encontrar planetas que tengan una masa y un tamaño similar a los de la Tierra, y que se encuentren en una zona de habitabilidad, lo que quiere decir que tienen que estar a una distancia orbital de su estrella que les permita presentar agua líquida en su superficie.

Lo que se busca es vida tal y como la conocemos pero es preciso tener la mente abierta a otros entornos, manifiesta Roi Alonso.

Durante los últimos veinte años se ha avanzado mucho en la búsqueda de planetas extrasolares, de modo que hay en torno a veinte candidatos a albergar vida que son más grandes que la Tierra, pero los modelos dicen que aunque sean un 50% más grandes pueden tener superficie rocosa.

Se ha mejorado bastante en técnicas de detección y además cada vez se puede buscar en entornos más alejados del Sol, agregó. Para detectar planetas extrasolares hay dos métodos fundamentales, de forma que con uno se mide el movimiento de la estrella cuando se aleja y acerca, de manera que se mide la masa del planeta.

El segundo, de tránsitos, se utiliza cuando el planeta extrasolar pasa por delante de su estrella y produce eclipse, con lo que se mide el tamaño, pero no la masa.

Así, los planetas extrasolares que mejor se conocen son aquellos con los que se han podido usar las dos técnicas.

Roi Alonso expone que si se utilizan ambas técnicas se tiene la masa y el radio, con lo que se sabe la densidad del planeta extrasolar, y con esta se puede saber si se trata de un planeta gaseoso o rocoso.

El astrónomo añade que con la misión Kepler se han encontrado más de diez candidatos rocosos en su zona de habitabilidad pero falta medir sus masas porque se trata de planetas cuyas estrellas están muy lejos y no hay instrumentos lo suficientemente precisos como para realizar las mediciones.