La inseguridad alimentaria alcanzará su pico en 2050, a pesar de los esfuerzos por reducir las emisiones contaminantes y adaptarse a las consecuencias del calentamiento global, según afirma el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA).

Esto se debe a la "inercia del sistema climático", que provoca que las consecuencias de la contaminación se perciban varias décadas después del momento en que se producen.

La herramienta digital que presentó ayer el PMA, en colaboración con el centro británico de meteorología Hadley, tras cinco años de trabajo, simula los escenarios posibles, según los esfuerzos contra el cambio climático.

"Las sequías aumentan en un 15% el retraso del desarrollo físico; la escasez de agua, las posibilidades de conflicto en un 60%, y las inundaciones multiplican por 15 las muertes infantiles", dijo la directora del PMA, Ertharin Cousin.