El ejercicio físico excesivo, la hipertensión arterial y la obesidad pueden provocar un crecimiento excesivo del corazón y esto ocasiona fallos cardíacos. Ahora, un equipo de científicos españoles ha identificado dos proteínas que controlan este crecimiento, lo que abre la puerta a nuevas terapias.

Dependiendo de las necesidades de cada etapa de la vida, el corazón se adapta modificando su tamaño. Así, va creciendo de forma normal según lo hace nuestro cuerpo, e incluso durante el embarazo.

Sin embargo, el ejercicio físico excesivo, la hipertensión arterial y la obesidad pueden provocar un crecimiento excesivo de este órgano, una situación que puede llegar a derivar en un ataque cardíaco, informa en una nota de prensa el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), cuyas investigadoras Guadalupe Sabio y Bárbara González-Terán firman este trabajo. El estudio, publicado en la revista Nature Communications, en concreto describe el mecanismo por el que las proteínas p38 gamma y p38 delta son capaces de controlar el crecimiento del corazón.

Es la primera vez que se vincula a estas dos proteínas con la función de corazón.

Se trata de dos proteínas que pertenecen a una familia de proteínas ya conocidas -están vinculadas, por ejemplo, con enfermedades inflamatorias-, pero nunca antes se había visto que ambas afecten al crecimiento del corazón, explica a Efe Sabio.

El equipo dirigido por esta investigadora comprobó que estas dos proteínas regulan el crecimiento del ventrículo izquierdo, la cámara principal de bombeo y la cavidad más grande y más fuerte del corazón. Los experimentos se realizaron con modelos de ratón: utilizando roedores que carecían de estas proteínas se demostró que los animales que no las poseen tienen un corazón más pequeño, aunque perfectamente funcional, que es incapaz de responder frente a estímulos externos como puede ser la presión arterial alta.