La mayor parte de Europa ha experimentado un fuerte calentamiento de verano a lo largo de las últimas décadas, acompañada de olas de calor graves en 2003, 2010 y 2015. Una nueva investigación, publicada este viernes en ''Environmental Research Letters'', pone ahora el calor actual en un contexto histórico de 2.100 años utilizando la información de anillos de árboles y pruebas documentales históricas para conseguir una nueva reconstrucción europea de la temperatura de verano.

Veranos cálidos se han experimentado durante la época romana, hasta el siglo III, seguido por condiciones generalmente más frías entre los siglos IV y VII. Un período medieval generalmente cálido fue seguido por una fría Pequeña Edad de Hielo desde el siglo XIV hasta el siglo XIX. El calentamiento pronunciado a principios del siglo XX y en las últimas décadas está bien capturado por los datos de anillos de árboles y la evidencia histórica en que se basa la nueva reconstrucción.

Esta evidencia, hallada por un grupo de 45 científicos de 13 países, sugiere que los cambios naturales del pasado en la temperatura del verano son más grandes de lo que se pensaba, lo que sugiere que los modelos climáticos pueden subestimar la gama completa de los fenómenos extremos futuros, incluyendo las olas de calor. Esta variabilidad pasada se ha asociado con las grandes erupciones volcánicas y los cambios en la cantidad de energía recibida del sol.

La nueva investigación que encontró que las temperaturas en los últimos 30 años se encuentran fuera del rango de estas variaciones naturales apoya las conclusiones alcanzadas por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) sobre que el calentamiento reciente es causada principalmente por la actividad antropogénica.

"Ahora tenemos una imagen detallada de cómo las temperaturas de verano han cambiado en Europa desde hace más de 2.000 años y podemos usar eso para probar los modelos climáticos que se utilizan para predecir los impactos del calentamiento global futuro", añade el coordinador del estudio, el profesor Jürg Luterbacher de la Universidad de Giessen, en Alemania.